Cotillear consiste en contar chismes, cuentos o asuntos de terceros a alguien que puede estar sediento (o no) de dicha información. Generalmente, se hace a la espalda del protagonista y con intenciones de lo más diverso.
Detengámonos aquí. ¿Qué finalidad tiene quien cotillea?
Para qué sirven los chismes
Veamos qué puede impulsar a alguien a hurgar en la vida de un tercero y a desvelarla.
- Ganarse la vida: Cuando el sustento de alguien depende de que recabe información interesante sobre personajes populares y se la ofrezca al público.
- Entretenimiento: Por comentar algún suceso relevante o, en el caso más agudo, cuando la vida de alguien carece de mucho aliciente y se vuelve propenso a llenarla con hazañas ajenas.
- Llamar la atención: Si no se sabe qué hacer ni qué decir para despertar interés, ahí está la vida de otros.
- Estrechar lazos: Si alguien no sabe cómo “intimar” con otra persona, puede recurrir a contarle algún secreto delicado acerca de un tercero. Es éticamente reprobable, pero funciona.
- Suplir una baja autoestima: Una manera recurrente de ocultar las propias carencias es sacar a relucir las de otros.
- Envidia: Es el caso de alguien que habla de lo que no tiene (y desea) inyectándole admiración o veneno puro.
El cotilleo llega a su extremo más repulsivo cuando se centra en destruir al tercero; cuando se miente o se difunden rumores sin fundamento; en definitiva, cuando se carga de maldad.
Por nuestra parte, si queremos, podemos dejar de hablar de asuntos ajenos. Lo que no podemos es evitar que cotilleen los demás. Pero, ya que lo hacen, ¿qué tal si sacamos ventaja de la situación?
Cómo beneficiarte de los chismes o de la tendencia al cotilleo
Aquí tienes algunas formas de beneficiarte del cotilleo ajeno.
1. Acabas de entrar a un círculo y alguien te hace partícipe de un chisme. Enhorabuena. Eso significa que esa persona o ese grupo se te ha acercado y cuentas con la confianza necesaria como para conocer esa información privilegiada.
2. Gracias al cotilla, te enteras de qué personas son “importantes” para quien habla. Una persona cotillea sobre otra que le importa. Nadie suele hablar acerca de quien no tiene interés.
3. Gracias a esa información, intuyes qué conductas pueden llamar la atención de forma negativa. Por ejemplo, si ponen de vuelta y media a la vecina por sacar la basura a la calle antes de las ocho, te pensarás dos veces si hacerlo tú o no.
4. El cotilleo te ahorra mucho tiempo conociendo a la persona en cuestión. Si sabes que siente debilidad por ir comentando detalles de vidas ajenas, tú seleccionarás mejor el tipo de información que quieres ofrecerle.
Este post no está en contra de los cotillas ni a favor. En realidad, todos cotilleamos alguna vez, ¿o no?
Personalmente, prefiero las “buenas nuevas” del estilo: “¿Sabes que a Pepe le han contratado en una multinacional? – Oh, qué bien…”
Lo bueno es saber qué nos impulsa a hacerlo y cómo utilizarlo cuando somos testigos de ello, ¿no te parece?
Si se te ocurren más ideas para sacarles partido a chismes y rumores, somos todo oídos.
Imagen de studiostoer
Comentarios
4 respuestas a «¿Para qué sirve el cotilleo?»
Odio el cotilleo aunque le llamen información. Si te hablan de algo malo de alguien no creo que sea para dar información si no para criticar. Cuando alguien quiere informarte de una tercera persona te habla sobre sus gustos, de como es…no sé es algo que me indigna :S.
Un post muy bueno, a ver si lo lee alguien muy cotilla y cambia su forma de ver las cosas.
Un besazo
A mí tampoco me hace mucha gracia, pero ahí está. Uno mismo es el único que puede decidir cómo usarlo y para qué. 😉 Gracias, primor.
Besos!!