Estás en la cama y no logras conciliar el sueño. Medio te adormilas, pero continuamente te estás despertando. Cambias de postura a cada rato. Pasan las horas.
El despertador suena. Es la hora de levantarse. Pero tú, que estás hecho polvo, aprovechas hasta el último minuto para quedarte en la cama.
Al final, te levantas (qué remedio). Estrenas el día con cansancio, deseando que llegue la noche de nuevo. A ver si, al fin, logras descansar.
Hay bastantes causas que pueden estar detrás del insomnio. Unas se resuelven con tratamiento médico.
Otras las puede solucionar uno mismo, con un simple cambio, prestando atención al entorno y a los hábitos personales: renovar el colchón, evitar las luces brillantes por la noche, hacer ejercicio durante el día, comer a otras horas, etc.
Y, entre esos factores que uno puede cambiar para dormir mejor, se encuentra una causa de insomnio muy extendida: No poder parar de pensar. Y deberíamos, por simple higiene mental.
Saca de tu mente lo que te quita el sueño
Aunque el cuerpo esté en la cama, la cabeza sigue su marcha frenética: Qué voy a hacer mañana. ¡Ay!, qué vergüenza pasé en la oficina… Mañana llega la factura de la luz… y yo, sin dinero…
De una preocupación se va a otra. La mente no desconecta tan rápido como a muchos nos gustaría.
Eso puede ser porque tenemos miedo de olvidar lo importante. Y la mente lo combate manteniendo ahí todos esos asuntos. Así nos sentimos un poquito más seguros.
Qué pasaría si nos olvidamos de pagar la factura; si mañana volvemos a cometer el mismo error en la oficina; si olvidamos tener lista la comida a su hora, etc. Hay tantísimas cosas que tememos olvidar…
¿Cómo solucionamos eso? ¿Con un pildorazo o un trancazo en la cabeza?
Hay mejores ideas, creo. Entre las más simples y efectivas, aquí tienes una (totalmente gratis e indolora) que sólo requiere unos cinco minutos. Si tú tienes este problema, podrías probarla justo antes de ir a dormir.
¿De qué se trata? Simplemente, de hacer una lista con todos esos pensamientos que pueden robarte el sueño: Esas cosas que tienes que hacer; todo eso que no puedes olvidar para mañana; lo que te preocupa; etc.
Anótalo como gustes: todo desordenado o haciendo un plan de tareas para mañana. Lo que cuenta es que lo saques de la cabeza y lo pongas en el papel.
Si no lo sacas, dormirá contigo. O, mejor dicho, dará vueltas en la cama contigo.
Pruébalo. El papelito se quedará ahí y mañana te recordará todo lo importante.
¡Qué tranquilidad! Esta noche, sí que sí: ¡Podrás descansar como te mereces!
Imagen de Aaron Edwards