Venga. Experiméntalo. Prueba a sentirte orgulloso de ti mismo?
¿O te suena incómoda la palabra “orgullo” cuando la relacionas contigo? ¿Tal vez a soberbia, vanidad, altanería…?
Cámbiala, si gustas, por otra que describa la satisfacción que sientes por lo que has hecho. Porque eso es estar orgulloso de ti. Ese es el sentimiento del que hablamos.
¿Cómo? ¿No has hecho nada por lo que estés contento?
Permita que lo ponga en duda. Quizás, lo que ocurre es que es te fijas más en las imperfecciones, en los traspiés y en debilidades humanas del estilo.
Por supuesto, de la autocrítica se aprende. Es muy conveniente tomar nota de los errores y demás puntos grises.
Pero acertar también es humano. Reconocer los puntos débiles no es impedimento para reconocer también los fuertes.
Échale un ojo a tu historia.
¿Por qué razones puedes sentirte orgulloso?
- Por haber superado muchos obstáculos. Apuesto a que tu vida no ha sido un caminito de rosas hasta llegar aquí. (La mía tampoco.)
- Por lo que has aprendido, que es mucho. Y por lo que sigues aprendiendo cada día.
- Por lo que has compartido con otras personas: escuchaste a unos, inspiraste a otros, hiciste reír a quien necesitaba animarse…
- Por tus logros (personales o profesionales). Aunque te parezcan pocos, nadie te los dio en bandeja. Tú luchaste por ellos.
- Etc.
¿Y en tu pasado reciente? ¿Serías capaz de recordar algunas de las cosas buenas que has hecho en los últimos días?
Hace poco propusimos el ejercicio de hacer periódicamente un balance de éxitos: ¿Qué es lo mejor que has hecho esta semana?
Lo adoptes o no como costumbre, tiene sentido valorar lo que haces bien y saborear la sensación agradable que deja. Además, es sano.
- Es una muestra de respeto hacia ti mismo: Que eres el responsable de tus errores, PERO también de tus aciertos.
- Sirve para alimentar la confianza: Cuando observas las situaciones de las que has salido airoso, ganas fuerza para enfrentarte a las de hoy.
- Es motivador. Te dan ganas de hacer más cosas bien hechas.
Ese sentimiento de orgullo no es tan malo como creen algunos. Es señal de que hiciste algo constructivo. Te lo has ganado. Si te hubieras quedado de brazos cruzados, poco podrías celebrar.
No ha sido así.
A pesar de tus carencias, errores y de todas tus humanas imperfecciones, has avanzado. Sigues adelante y mucho de lo que haces está bien hecho. Celébralo.