Saber lo que no quieres es un buen principio

¿Conoces a una sola persona que tenga claro todo lo que quiere en cualquier momento de su vida?

Es muy difícil saber lo que se quiere en todo momento. De hecho, todos pasamos por etapas de indecisión, en tanto conocemos y estudiamos todas las opciones disponibles.

Habrás conocido a gente que tiene muy claros sus objetivos. Pero, para llegar ahí, antes o después, seguro que descartan otros. Lo mismo pasa con los gustos, con las aficiones o con las mismas relaciones.

Por tanto, no te agobies mucho si ahora mismo no sabes qué quieres. Comienza por descartar lo que no quieres y verás cómo se va despejando el panorama.

Pongamos que anhelas descubrir cuál es tu pasión, el trabajo idóneo para ti, con qué persona te gustaría compartir tu vida o qué estarás haciendo dentro de diez años… Tu cabeza es un caos de especulaciones.

Decidir ahora mismo, sin haber despejado el camino, es difícil. Entonces, ve descartando. En este momento, es más fácil saber qué no quieres hacer; con quién no quieres estar, etc.

Y, tan importante como saber qué es lo que NO quieres en tu vida, es reflexionar sobre qué es lo estorba de lo que hay en la actualidad.

¿Hay algo en tu vida que no quieres que sea así?

Piensa en las relaciones, por ejemplo. Quizás estás dedicando tiempo y esfuerzo a una relación tóxica para ti.

O quizás se trate de una ocupación, de una responsabilidad o una afición que ya no deseas que forme parte de tu vida.

¿Merece la pena mantener lo que no quieres hasta que descubras qué es lo que sí quieres?

Si ya estás seguro de lo que NO deseas, sé consecuente y deja sitio a lo que sí quieres. Quizás lo descubras más pronto de lo que piensas.

Imagen de UvaFragola