Éste es y ha sido uno de los temas más trascendentes de análisis y estudio, de posturas cercanas y antagónicas, de encuentros y discrepancias a lo largo de la historia.
Máximo Gorki ahondó en estas diferencias y nos ofreció una posible explicación.
Para él, “cuando el trabajo es un placer, la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto, la vida es una esclavitud”.
¿Significa eso que las personas que disfrutan con su trabajo se sienten bien a pesar de pasarse una parte muy importante de su vida trabajando?
¿Podrían caer en la tentación de vivir sólo para trabajar?
La reflexión sobre la importancia que tiene o debe tener el trabajo para nosotros nos puede ofrecer algunas claves:
· Nos guste o no, de una u otra forma, invertimos gran parte de nuestras vidas trabajando.
· Pretender hoy vivir sin trabajar en nada resulta tan difícil como beber por la nariz.
· Querer trabajar en algo que no nos gusta es una manera segura de sentirnos mal.
· Trabajar, dormir, volver a trabajar… sin tiempo para nosotros mismos y para las personas que nos importan, es gastar nuestra vida sin vivirla.
· Una vida dedicada por entero al ocio es una vida en gran medida mutilada. Muchas personas han encontrado el vacío, el aburrimiento y la ignorancia en esas circunstancias.
· El trabajo que nos estimula, nos incentiva, nos impulsa, y nos ayuda a seguir aprendiendo cada día es un tesoro que, bien administrado, nos permite acercarnos a la felicidad que todos deseamos.
· El trabajo que convive en perfecto equilibrio con nuestro tiempo personal nos ayuda a conseguir la armonía que buscamos.
Asimismo, hay algunos principios que son vitales para todos:
· Hay un tiempo de trabajo y un tiempo para nuestra vida personal.
· No hay que llevar nunca las preocupaciones de un sitio a otro. Es recomendable que aprendamos a manejarlas para que no seamos nosotros los manejados por ellas.
· Si aprendemos a desconectar recuperamos mucho tiempo para nosotros.
· El tiempo y la energía que ganamos debemos emplearlos en disfrutar más de todas las cosas, grandes o pequeñas, que hacemos cada día.
· No hay nada positivo en preocuparse durante horas por algo. Lo único que conseguimos es agotarnos física y emocionalmente y verlo todo de negro.
En cualquier caso, trabajemos mucho o poco, hemos de aprender a desconectar. ¿De qué nos sirve trabajar ocho o diez horas si nos pasamos el resto del día pensando en el trabajo?
Hay personas que no consiguen desconectar y con ello pierden su tiempo personal.
Nadie nos paga esas horas de más en que estamos dando vueltas a los temas del trabajo que nos preocupan. Pero a nosotros mismos sí que nos suponen un precio muy elevado.
A veces nos cuesta la ruptura o el distanciamiento en nuestras relaciones personales o familiares, y con frecuencia nos lleva a perder algo tan importante como nuestro equilibrio emocional.
Recordemos que la “desconexión” es una necesidad; no podemos tener a nuestro organismo permanentemente en tensión.