Las vacaciones como período de reflexión

De vez en cuando, necesitamos romper con la rutina habitual para hacer cosas diferentes y, así, sacudirnos el estrés y llenarnos de nuevo de energía.

¿Qué mejor que unas vacaciones?

Entre los beneficios de tomar vacaciones están esos dos que hemos mencionado y también el que vamos a resaltar ahora mismo:

Las vacaciones pueden ser un período de reflexión, de análisis de tu propia vida, convirtiéndose en la antesala de un cambio positivo.

Existe una diferencia abismal entre esperar con ilusión unos días de diversión o descanso y estar desesperado, contando los días que faltan para las vacaciones (quizás desde el mismo instante en que finalizan las anteriores).

reflexionar en vacaciones

En el segundo caso, estás exhausto, quizás con la sensación de que tu cordura pende de un hilo. Más que vivir la vida, simplemente la vas tolerando hasta que llega el paréntesis que te saca de ella: las esperadísimas vacaciones.

Ahí, amigo, lo que necesitas no son vacaciones exactamente, sino un cambio de vida.

Pero ese período de descanso es muy útil. Porque, en lugar de ser simplemente un punto donde tomar aire, puedes convertirlo en el preludio para el cambio que te gustaría realizar.

Quizás, mientras andas metido en el agobio, ya pienses que algo tiene que cambiar. Lo que no sabes es el qué… y menos el cómo.

Las vacaciones, que te permiten alejarte de esa rutina estresante, podrían servirte para mirar tu situación desde otra perspectiva y para tomar alguna decisión interesante.

Después de todo, no serás la única persona que ponga en marcha un cambio (pequeño o abismal) tras la vuelta de unas vacaciones.

Mucha gente las emplea como período de reflexión y vuelve de ellas con la resolución de vivir de otra manera.

¿Será tu caso?


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