Ideas para acabar con la pereza en unos minutos

A todos nos ataca el monstruo de la pereza alguna vez. Hasta a ese conocido tuyo que parece incombustible y que te dice que detesta a los vagos. No hay escapatoria.

¿A ti te asalta muy a menudo? A mí, sí. Precisamente, ahora tengo un montón de trabajo por delante y lo que más me apetece es tumbarme a ver una película.

Pero no lo haré. Es más, me he propuesto desperezarme y ponerme manos a la obra tan fresca como una lechuga.

¿Tú también? Genial. ¡Ya somos dos! En unos minutos nos sacudiremos el muermo.

¿Qué opciones tenemos?

monstruo de la pereza

  • Dar un paseo: El movimiento y un poquito de aire fresco despabilan bastante.
  • Saltar o bailar: Si no son horas de salir de casa o así lo prefieres, también está la opción de agitarte unos minutos como si fueras una laca en spray. De paso se producen endorfinas, que falta hacen.
  • Una tarea «puente»: Si descartas el movimiento brusco, una tarea que requiera poco esfuerzo también sirve. Ejemplo: Poner la lavadora. (No me mires así. De todas formas hay que hacerlo y, si va a ser buena para activarte, pues… ¡de una vez!)
  • ¡Agua! Una ducha con agua no muy caliente es otra opción a considerar. Si no te apetece, en lugar de eso mójate la cara, las muñecas y el cuello. O, si no, bébete un buen vaso de agua fresquita.
  • ¿Café? Bueno, pero sin abusar… y sin cargarlo mucho de azúcar.
  • Leer algo motivador: Si tu mente está aun más aletargada que tu cuerpo, ten a mano una frase, un recuerdo, una ilusión, una meta, una persona que te inspire. Lo que sea. ¡Refresca también tu mente!

¿Estás listo para empezar?

Si has llevado a cabo alguna de las ideas anteriores, muy probablemente estés listo. A no ser que hablemos de una fatiga que vaya más allá de la pereza ocasional que todos sentimos o que tu mente esté buscando razones o, más bien, excusas convincentes para procrastinar.

Hace tiempo nos enteramos de un truquito muy bueno: el de la alarma desagradable.

Imagina que tienes que hacer una redacción o limpieza en la casa (da igual).

Tú programas una alarma de aquí a una hora, por ejemplo. Y, hasta ese tiempo, has de trabajar a tope para terminar la tarea que te hayas propuesto antes de que suene.

Es una versión terroríficamente divertida de la técnica pomodoro, que también te puede servir. (A mí me es muy útil.)

Dividir lo que tienes que hacer en pasos y trabajar muy concentrado por franjas de tiempo es muy efectivo.

Se hace menos pesado aguantar trabajando un período corto de tiempo y la pereza va diluyéndose conforme notas que vas avanzando.

Aquí hay más tips para ir practicando. Porque, cuanto más lo hagamos, más fácilmente derrotaremos al monstruo de la pereza.

Imagen de the past tends to disappear


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