¿Por qué hay alimentos que no nos gustan?

Seguro que, si lo piensas, hay algún alimento “que no tragas”: el brócoli, el hígado y las vísceras en general se llevan la palma entre los alimentos más odiados.

Y es que la aversión a algún alimento es una conducta muy generalizada que afecta a la mayoría de las personas.

El que un alimento no nos guste es algo más que un capricho o una decisión arbitraria.

Si bien en la infancia la conducta de rechazo hacia algunos alimentos puede ser una llamada de atención o una exteriorización de cierta rebeldía, en edades más avanzadas se explica por motivos biológicos y sociales.

brócoli

Nuestra programación biológica todavía conserva huellas de nuestros orígenes como cazadores y recolectores. Cuando no existían supermercados ni fecha de caducidad, los seres humanos nos guiábamos por el gusto y por el olfato para protegernos.

El sabor amargo y los olores fuertes a menudo nos alertaban de que algo no era seguro y producían un rechazo inmediato que todavía conservamos.

No en vano, las plantas no comestibles y venenosas tienen sabor amargo y los olores penetrantes de carnes y vegetales suelen ser síntoma inequívoco de la presencia de bacterias.

Así que si no te puedes llevar a la boca un queso muy fermentado o un plato de brócoli o te echa para atrás el sabor del pomelo, no te preocupes, es algo normal.

Otras veces es nuestra educación y nuestro entorno el que justifica algunas de nuestras aversiones.

Si en tu medio social no se comen determinados alimentos, como hígado, riñones y otras vísceras, es lógico que te produzcan rechazo. Del mismo modo, estos son alimentos muy apreciados por otras familias que los consumen normalmente.

Con el paso de los años estas aversiones se van suavizando, de manera que son menos los alimentos que no toleramos.

La mejor forma de superar el rechazo hacia alguna bebida o comida es probándola varias veces. Educar el paladar es fundamental para conocer nuevos sabores y disfrutar de los alimentos.

Si te atreves a saborear una comida que a priori no te gusta, quizá te encuentres con la sorpresa de que no está tan mala como pensabas y termines poniéndola en la lista de tus alimentos favoritos.

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