Independientemente de las relaciones que mantengas con otras personas, hay una relación que durará hasta el final de tus días: la tuya, contigo mismo.
¿Cómo lo pasas cuando te quedas a solas contigo? ¿Estás a gusto en tu compañía?
Tiene sentido pensar que la relación que mantienes contigo va a influir en las relaciones con otras personas. Por ejemplo, si a ti mismo te cuesta soportarte o convivir contigo, eso influirá en las otras relaciones que mantienes.
Si tú estás sereno, cómodo, en paz contigo mismo, es más probable que los otros también se sientan relajados en tu compañía.
Si te sientes crispado, ansioso, asqueado, en guerra con la persona que eres, también eso repercutirá en las relaciones con otros. La tensión trascenderá.
A las personas que están contentas y en paz consigo mismas no les atraerá demasiado tu crispación. Es probable que no sintonicen con ella.
Puede que tú busques a esta gente, porque te sientas más seguro a su lado. Pero, ¿y ellas? ¿Crees que se quedarán indefinidamente para compartir tu malestar?
Haz las paces contigo
Por tu bien y por la salud de tus relaciones, la PAZ es el camino. 😉
Y la paz pasa por la aceptación. Por aceptar a la persona que eres con sus limitaciones, carencias, defectos, errores, decisiones fallidas y demás.
Aceptarla y quererla como es, tal cual. Porque eres valioso como eres. Después, desde el amor a ti mismo que te empuja a buscar lo mejor para ti, puedes regalarte el cambio que creas oportuno.
Probablemente cambies, rectifiques decisiones, corrijas tus errores o superes limitaciones. Pero lo harás PORQUE te quieres, no PARA que te quieran.
La diferencia es grande. Si no te aceptas, sigues en guerra. Peleándote contigo porque no das la talla, porque estás asustado, porque te arrepientes de lo que hiciste, etc.
Te esfuerzas en llevarte bien con la gente; en conseguir fuera la paz y el amor que necesitas.
Pero ellos, los serenos y contentos, no sintonizan con tu guerra. Quienes sí es más probable que lo hagan son los que viven la misma guerra que tú: los que tampoco se aguantan a sí mismos.
Tú verás qué compañías son las que quieres, empezando por tu propia compañía.
Imagen de Ricardo Alguacil