Cuesta hacerse una imagen mental de la «paz». ¿Tú a qué la asocias? ¿Qué pasa por tu mente cuando intentas definir qué es la paz interior?
Yo imagino un bello paisaje, tranquilo y luminoso. O me veo a mí misma despertando con calma y poniéndome la sonrisa después de abrir los ojos.
Cada persona tiene su propia idea o concepción de la paz. Pero, en PsychCentral nos ayudan a que no la confundamos con otros conceptos que se le parecen o que se asocian a ella por costumbre.
¿Nos deshacemos de unos cuantos prejuicios acerca de la paz interior? Vamos a ello…
Paz es aburrimiento
Algunas personas se acostumbran al conflicto y al ruido, e incluso lo buscan para sentirse «vivas». Pero, a la larga, todo ese estrés pasa factura.
La alternativa ideal no es buscar el aburrimiento, sino el equilibrio y la armonía, que son términos que van mejor con el concepto de «paz». Y que, además, proveen de la energía necesaria para afrontar los problemas y retos que todos tenemos.
Porque la vida es de todo, menos aburrida.
Paz es pasividad
Si entendemos «pasividad» como ausencia de acción, ésta no tiene porqué confundirse con la paz.
¿Qué me dices cuando las circunstancias te obligan a actuar y tú permaneces quieto? En este caso, lo más probable es que sientas ansiedad.
Cuando experimentamos paz es comenzando a movernos.
Paz es ausencia de dificultad
Cambio constante, problemas y obstáculos van a acompañarnos durante toda la vida. Por poco que sea, continuamente tenemos algo que encarar o resolver. ¿Hasta cuándo esperar para sentir paz?
Lo suyo es aceptar el cambio y todo lo que conlleva, y manejarlo de tal modo que, cuando sea posible, nos sirva para crecer como personas.
La paz es inseparable de la soledad
Tampoco. Podemos sentirnos en paz estando rodeados de una marea de gente, así como podemos sentirnos ansiosos y agitados estando a solas.
La paz tiene más que ver con la voluntad de liberarse de pensamientos o emociones estresantes, para estar receptivo a lo que nos dice el momento presente. Y esto lo podemos experimentar solos o en compañía.
Sólo puedes sentir paz en escenarios naturales
Dar un paseo por bellos parajes naturales nos ayuda a experimentar serenidad. Pero el marco tan sólo es eso: una ayuda.
La verdadera paz viene de dentro y ésta la podemos sentir incluso en una habitación vacía, conectando con nosotros mismos.
Hasta que no esté todo hecho, no hay paz
La vida es acción y siempre hay algo que resolver. Se nos queda sin poner la lavadora o un imprevisto nos impide terminar cualquier otra tarea del día.
Ése tampoco es impedimento para calmarse e intentar proseguir en paz nuestras actividades… ese día o al siguiente.
Hasta que no esté todo claro, no hay paz
Ésta suena a excusa para procrastinar: «Hasta que no tenga todo el plan atado y bien atado, no me muevo.»
Cuando, precisamente, podemos ir despejando las dudas si damos el primer paso.
Encuentro paz tomando ciertas sustancias
Alcohol, nicotina, cafeína, chocolate… Hay sustancias que modifican el ánimo instantáneamente, pero no resuelven ningún problema.
Y ahí se quedan las emociones negativas que hemos querido anestesiar, para que las atendamos más tarde.
Lo que da verdadera paz es aceptar nuestras emociones y hacer frente a los retos. ¿Difícil? Sí, pero más efectivo.
Esa persona me da paz
Sentimos paz cuando nos aceptamos a nosotros mismos y cuando obramos de manera responsable y consecuente con lo que pensamos/sentimos.
Otra persona no nos da ese poder ni esa sabiduría, por fuerte y valioso que sea el vínculo que tengamos con ella. Cada uno de nosotros ha de «construir» su propia paz.
Eso no quita que sea grandioso compartir esa plenitud, ¿verdad?
Necesito ser perfecto para tener paz
Como personas, cada uno de nosotros tiene sus imperfecciones y trata (o no) de mejorar un poquito cada día.
¿Por qué no aceptar dichas imperfecciones y los errores inherentes a nuestra condición de humanos? ¿Por qué no reconciliarnos con esta realidad?
Podemos perdonarnos por todo eso y, en paz, superarnos o mejorar todo aquello que deseemos.
Y añadimos…
Imagen de 3oheme
Rocío Delorenzini dice
De todas las entradas que escribes, esta me pareció una de las mejores. Siempre leo esta página, pero nunca había pensado en comentar.
En efecto, la paz interior depende de nosotros y nuestra actitud frente al mundo y frente a nosotros mismos. Sigue así, me encanta la página!!
Casandra - TBM dice
Muchísimas gracias, Rocío.
Esta entrada en concreto es una adaptación de un artículo bastante educativo de PsychCentral (lo enlacé dentro, por si alguien le echaba un vistazo).
Me alegro muchísimo de que estas cosillas nos sirvan a unos cuantos. 🙂
La paz, la felicidad o el amor nacen de uno mismo y, cuando eres consciente de que eres tú quien los hace, la vida se ve de otra manera. A mí me han ayudado bastante estos aprendizajes y ojalá que podamos ir recopilando más. 😉
Gracias de nuevo! Un saludo! 😀
carmen morella garcia rivas dice
Descifrastes la paz muy bien.,la paz no tiene que ver con que seas perfecto o con otras mencionada.,que grande es tener paz espiritual eso te nutre,te fortalece te crece y te da mucha sabiduria,la persona que no haya sentido paz alguna vez en su vida,algo pasa en ella que no la ha conseguido.,yo amo mi paz interior y se las transmito a la personas queridas.,y porque no a las otras tambien a ver si empiezan a buscarla en su interior si se proponen la conseguira.-
Casandra - TBM dice
Qué bueno, Carmen. Eso sí podemos hacerlo: Compartir esa armonía con otros. Es más fácil para una persona que quiere sentirse en paz lograrlo cuando observa esa serenidad en las personas de alrededor.
O, bueno, si no quieren… Que sean felices a su modo. 😀
Gracias por comentar!!