Vamos a explorar ejercicios e ideas para centrarse en el momento presente, algo en lo que a todos nos conviene mejorar.
Desconectemos del ruido exterior y conectemos con este momento. ¿Te apuntas a vivir en el presente?
Decididos a vivir el momento presente
Vivimos en una época llena de distracciones de todo tipo.
No solo están las tecnológicas, aunque a estas solamos echarles la culpa de interrumpirnos continuamente, sacándonos de lo que estamos haciendo.

También están las distracciones internas, que son más difíciles de manejar. ¿Acaso no es complicado dejar de pensar en el sinnúmero de asuntos que reclaman nuestra atención?
Mientras hacemos una tarea, nuestra mente suele estar en otro lado: preocupaciones, planes futuros, recuerdos del pasado y demás cuestiones que no pertenecen al momento presente.
Eso nos impide disfrutar del aquí y ahora, así como centrarnos en lo que estamos haciendo en este momento para cerrarlo con un broche de calidad, como debe ser.
Aprender a vivir en el presente no solo va a mejorar nuestra capacidad para disfrutar de cada instante. También va a facilitar la concentración en la tarea que tengamos entre manos.
Y, a la larga, si seguimos practicando, nos será cada vez más fácil dejar de pensar en el pasado o en la incertidumbre del futuro, beneficiando con ello nuestra salud mental.
A continuación, nos fijaremos en qué nos impide vivir el presente a plenitud. Y buscaremos maneras de empezar a estar más presentes en el presente, valga la redundancia.
¿Por qué nos cuesta vivir el presente?

Nuestra mente tiende a divagar. Sin que nos demos cuenta, se pone a rebuscar en el pasado o en el futuro, sacándonos de lo que tenemos delante, de lo que está pasando ahora mismo.
Algunas razones por las que nos cuesta centrarnos en el momento presente incluyen:
- El hábito de hacer muchas cosas a la vez. Cuando sabemos que es preferible abordar solo una tarea a la vez, para poner atención en ella. Logrando con eso hacerla mejor y terminarla antes.
- El estrés y la preocupación por el futuro. Cuando sabemos que la preocupación no nos protege de lo que más tememos.
- La facilidad con la que nos distraemos con las nuevas tecnologías. Por un lado, nos ayudan a practicar la meditación. Pero, por otro, nos hace accesibles a todo aquel que reclama atención de nuestra parte.
- La falta de práctica en vivir en el aquí y ahora. Y este último es el punto sobre el que giran los ejercicios que vamos a ver en un momento.
Beneficios de centrarse en el momento presente

Aprender a vivir el presente va a suponernos un pequeño esfuerzo: el de «cazar» los pensamientos que no tengan nada que ver con lo que estamos haciendo, para dejarlos fuera de la situación.
¿Qué beneficios tiene esta práctica?
- Reduce la ansiedad y el estrés, ya que dejamos de estar en un permanente estado de alerta.
- Mejora la concentración y el rendimiento en nuestras tareas cotidianas. Cosa que puede redundar a la larga en una mayor satisfacción vital.
- Nos ayuda a aprender a disfrutar de cada momento, sin prisa por cambiarlo o disgusto porque no es tan «perfecto» como debería ser.
- Facilita tomar mejores decisiones, al no dejarnos llevar por el miedo al futuro tenebroso que nos pinta la imaginación.
Ejercicios para mejorar la concentración en el presente

Vamos a apuntar pequeñas prácticas que nos enseñan cómo vivir el presente.
Y, es verdad, el panorama que nos rodea no siempre es positivo. En ocasiones, puede ser preferible no estar tan inmerso en un momento, en especial si es muy desagradable.
Pero contar con la habilidad de tranquilizar nuestra mente inquieta para conectar con lo que hacemos es útil para la mayor parte de los días. Esos días que, por estar pensando en mil cosas, pasan sin que nos demos cuenta.
Que seamos capaces de vivir en el presente desconectando de los embrollos mentales que nos lo impiden, es una buena idea.
1. Identifica qué pensamientos ocupan tu mente

Sí, ahora mismo. ¿Por qué no? Esta es la primera propuesta.
Detecta qué pensamientos estresantes o intrusivos están en tu cabeza, si es que hay alguno.
¿Preocupaciones, recuerdos, pensamientos negativos sobre el pasado o el futuro…? ¿Estás pensando en lo que vas a hacer dentro de media hora?
Este ejercicio consiste en observar lo que pasa en tu mente en este momento.
Solo míralo sin juzgar. Es más difícil de lo que parece.
¿Qué ganas con ello? Tomar conciencia del montón de pensamientos que concurren en tu cabecita en un momento dado.
Porque, si te das cuenta de que tu mente parece el centro de la ciudad en hora punta con atasco de pensamientos incluido, entonces puedes elegir poner un poco de calma.
2. Toma distancia de esos pensamientos

Esta es una idea que va bien después de la anterior.
No te critiques por lo que piensas. ¿Aparece un pensamiento sombrío? Obsérvalo. Acéptalo, pero no te aferres a ello.
Los pensamientos son solo eso: interpretaciones que haces de la realidad. Los que más se repiten suelen indicar en qué estás poniendo más atención.
Recuerda que tú puedes controlar cómo reaccionas ante ellos.
Y, en este momento, has decidido dejar fuera aquello que no pertenezca al ahora, ¿verdad?
3. Respira

La forma más simple de conectar con el presente es enfocarte en tu respiración.
Este es otro ejercicio de atención plena (mindfulness) sencillo que puedes hacer en cualquier momento.
De hecho, debería estar a la cabeza de la lista. Porque, cuando respiras con calma, te es más fácil frenar las tensiones y prestar atención a lo que acontece en tu cabecita.
4. Date una ducha

O un baño, lo que prefieras. Esta propuesta es para tu próxima ducha, porque las sensaciones del agua en la piel ayudan a vivir el ahora.
Tu mente puede divagar y perderse por parajes extraños. Pero tu cuerpo siempre está en el momento actual, conectándote plenamente con lo que está ocurriendo.
Por lo que, si quieres, en el momento de la ducha puedes conectar con las variadas sensaciones físicas que experimentas.
Relájate, siente el agua y disfruta del instante. Si algún pensamiento innecesario aparece, imagina que se va por el desagüe.
5. Esquiva la trampa de los pensamientos negativos

¿Cómo saber cuáles son estos pensamientos «negativos»? Por lo que sientes.
Los pensamientos negativos suelen generar emociones como miedo, angustia o culpa, que no pertenecen al momento actual.
Si puedes hacer algo útil con ellos, como actuar o tomar una decisión, adelante. No son unos pensamientos tan negativos, después de todo.
Por ejemplo, si sientes culpa por haber hecho algo mal, eso puede motivarte a pedir perdón.
La trampa a la que nos referimos es a esa en la que la culpa (en este caso) aparece sin una razón que la justifique.
¿O soy yo la única que se ha sentido culpable por cosas que no eran culpa mía? ¿O preocupada por nimiedades? ¿O estresada por presiones que solo estaban en mi cabeza?
Nuestro bienestar emocional se resiente por el vaivén constante entre el pasado y el futuro. Pero es que a veces nos preocupamos por cosas que no han pasado o que ni siquiera pasarán.
Tenemos que encontrar la manera de no caer tanto en esas trampas.
Por eso, analiza lo que piensas. No todo lo que pasa por tu mente es cierto. Cuanto más practiques esto, más fácil será mantenerte en el presente.
Y yo también me lo aplico, ya que soy muy dada a anticipar desastres que nunca llegan a pasar.
A ver si aprendemos a preocuparnos menos.
6. Practica actividades que te absorban

Cuando algo te apasiona, te concentras por completo.
Los hobbies son un gran ejemplo. ¿Tienes alguna actividad que te haga olvidar el tiempo?
Yo sí. Para mí son ese «algo» parecido a la meditación, que me sirve para descansar de las tensiones, concentrándome en algo que reclama toda mi atención.
Esta, por tanto, es otra forma de estar presente: sumergirte en algo que realmente disfrutes y que te permita experimentar bienestar.
7. Presta atención a tus sentidos

Hagas lo que hagas: pasear, conducir, comer o simplemente mirar por la ventana, trata de ser consciente de lo que percibes con tus sentidos.
¿Qué aromas sientes? ¿A qué sabe la comida?
Asombra la cantidad de estímulos que llegan hasta nosotros y que podemos disfrutar, si prestamos un poco de atención.
Este ejercicio de mindfulness puedes practicarlo en cualquier momento del día.
Conclusión
- Centrarse en el momento presente es una habilidad que todos podemos entrenar con práctica y paciencia.
- Podemos hacer pequeños cambios en la rutina: eliminando distracciones, realizando las tareas de una en una y adoptando la determinación de vivir el presente.
- Y también podemos practicar la meditación o pequeños ejercicios de mindfulness, que nos entrenen para prestar atención al momento.
Cuanto más practiquemos, mejor se nos dará esta costumbre de vivir el momento. Y, con ello, eliminaremos distracciones, sensaciones incómodas o desagradables y una buena dosis de estrés.