En el mundo físico nos cuesta relativamente poco trabajo deshacernos de los trastos inútiles o que están ocupando espacio en casa.
“Hacer limpieza mental” es algo más complicado.
Los pensamientos, en ocasiones, no se pueden borrar de un plumazo y evitar que vuelvan a aparecer.
Por ejemplo, piensa que estás tratando de dejar de fumar. Llevas unas cuantas horas tranquilo, sin haber pensado demasiado en el tabaco.
Entonces, llega un familiar para felicitarte con toda su buena intención, y te dice: “Me alegro muchísimo de que ya no fumes. Estás haciéndole un bien a tu salud. ¡Sigue aguantando!“
Eso está muy bien, pero esta persona se ha encargado de volver a ponerte el paquete de tabaco en la cabeza, sólo con mencionarlo.
Llevabas cinco horas sin pensar en ello y ahora lo tienes otra vez rondando por tu mente… Mal asunto.
Otro ejemplo que ilustra que algunos pensamientos no se pueden evitar puede ser el típico de: “Ni se te ocurra pensar en un elefante rosa. ¡No! ¡No lo hagas!“
Perfecto. Ya tenemos al elefante en la cabeza.
Admitámoslo. Algunos pensamientos no se pueden evitar fácilmente, pero sí podemos aprender a controlarlos. ¿Cómo? Con la atención selectiva.
Cuando le prestamos atención a un pensamiento, lo estamos reforzando.
Si éste es positivo para nosotros, muy bien, pero si es dañino estamos cometiendo un error. Lo estamos haciendo más fuerte.
Así lo explica Donald Latumahina en Life Optimizer y yo concuerdo con ese punto de vista. Claro que él ofrece algunas ideas para manejar correctamente nuestra atención e ir desvaneciendo con ello la fuerza de los pensamientos negativos.
Me gustaría reflexionar sobre algunas de ellas y compartirlas contigo, porque pueden ser útiles en más de una ocasión.
Ideas para manejar la atención y debilitar los pensamientos negativos
1. Ser consciente de que un pensamiento es dañino para nosotros. Por ejemplo, experiencias anteriores de fracaso. ¿Merece la pena recrearse en ellas sólo por “placer“?
2. Estar determinados a que el día de hoy no nos lo vayan a estropear pensamientos negativos. Recalquemos: sólo por hoy.
3. Rodearse de justo lo contrario: energía positiva. Ya venga de manos de personas positivas, canciones, lecturas o de la preciosa Madre Naturaleza: impregnarse de lo bueno, como quien se perfuma al empezar la jornada.
4. Tener cuidado con el lenguaje. Aun cuando algo nos sobrepase en el día de hoy, hemos de decirlo de tal forma que no nos estemos arrojando piedras.
Recuerda que el cerebro siempre está escuchando. “¡Ay! Es muy difícil para mí. No puedo hacerlo.“
Sería mejor expresarlo de otro modo, pero si la expresión te ha quedado así, no olvides añadir algún adverbio… “No puedo hacerlo, por ahora, todavía, de momento…“
5. Cuidado también con el lenguaje corporal. Camina con decisión. Vista al frente.
6. Ser capaz de ver lo bueno en otros. Prestar más atención a lo bueno que hace la gente en lugar de centrarse en los asesinos y ladrones de los informativos o en las tórridas aventuras de los famosillos de la tele.
7. Sonreír. Es más difícil que nos asalten los pensamientos negativos cuando lucimos una sonrisa sincera.
8. ¿Y cantar? Otra buena idea, por supuesto.
9. Prepárate para equivocarte más de una vez antes de que caiga el sol. ¿Y qué? Nadie es perfecto.
Tenemos que tolerarnos todos con nuestras meteduras de pata y tú debes ser el primero en tolerarte a ti mismo.
10. Ayuda a alguien. Cuando somos presa de los malos pensamientos, es bastante efectivo dejar de pensar en nosotros y ponerse en los zapatos del prójimo.
Y hasta aquí la recopilación de ideas de hoy. Estupenda para evitar ser asaltados por pensamientos negativos y, en caso de que el asalto ocurra, controlarlos con eficiencia.
Sí, ya sé que en ocasiones no es tan sencillo.
Lo anterior son hábitos saludables que se adquieren con práctica. Por eso es más sencillo centrarse únicamente en el día de hoy. Mañana será otro día.
Imagen de camil tulcan
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6 respuestas a «Cómo manejar los pensamientos negativos»