Hablemos sobre porqué es beneficioso ignorar a esas personas que sólo tienen la intención de molestarte y en qué casos funciona este tratamiento.
Seguramente, todos hemos convivido con los trolls (en Internet o en la calle), que son las típicas personas que molestan sólo por llamar la atención.
Ignorar a quien te molesta… ¿o no?
Cuando uno de esos trolls la toma contigo, tienes básicamente dos opciones:
(1) Discutir con él/ella. Le explicas el tema, tratas de aclarar las cosas… Es decir, entras en su juego.
(2) Ignorar a esta persona, como quien oye llover.
¿Cuál es la mejor?
Depende. Pero, si el asunto no va a impactar significativamente en tu vida, la ciencia ha corroborado que la segunda opción es la más conveniente. Eso, por dos razones:
Por una parte, es más efectivo al mantener tú el control sobre la situación.
Por otra, al no desgastarte e irritarte entrando al trapo del troll, es más saludable para ti.
La investigación que lo confirma recoge esa conclusión tras estudiar las interacciones de unas 120 personas y sus efectos.
¿Qué hicieron?
Pusieron a los participantes a charlar con personas que habían recibido la instrucción de ser amables y educadas, y también con otras a quienes se les había indicado que fuesen groseras, desagradables.
Después de unos minutos, los participantes eran aislados para realizar ejercicios que requerían concentración.
Resultado: Los participantes que ignoraron a la gente más agradable lo hicieron peor que los que charlaron amigablemente con ellos.
Pero al revés también se cumplió: Quienes ignoraron a los trolls no entrando en sus provocaciones, puntuaron más alto que los que se empeñaron en darles explicaciones, crispándose y desgastándose.
Así es que, a tenor de lo que nos dice el mencionado estudio, nos estamos haciendo un gran favor al ignorar a esas personas.
Otra cosa, como ya diferenciamos en su día, es castigar con silencio a quien no lo merece. Eso sí deteriora las relaciones.
Pero la excepción que aquí mencionamos es muy saludable:
¿Qué? ¿Resistiremos el impulso de caer en sus provocaciones? Con un poco de práctica, yo creo que sí.
Imagen de Www.CourtneyCarmody.com/