Esta es una miniguía para aprender a dar y recibir cumplidos. Para quienes no tenemos unas habilidades sociales notables, ambas cosas tienen su aquel.
Si tú, como yo, quieres mejorar o pulir tu arte con el piropo, aquí tienes el ABC del tema.
Estos son los puntos de la entrada.
1. Hacer un cumplido es un riesgo
¿Cuál es el sentido de los cumplidos? Tú, cuando regalas un cumplido, ¿por qué suele ser? ¿Qué intenciones ocultas?
Es broma. Hay cumplidos que se hacen para obtener algo a cambio. Pero también están esos que se regalan con la única intención de poner de manifiesto un aspecto positivo que observamos en el otro.
El problema con los cumplidos es que son un recurso gratuito y efectivo para endulzar la oreja y, muchas veces, se usan con la expectativa de que el otro devuelva el favor.
Usan los cumplidos para venderte productos. Los usan para conquistar tu amor. O los usan para pedirte cualquier otra cosa, ya que estés “endulzado” y receptivo.
De modo que, cuando llega una persona cuyo único interés es resaltar algo que le gusta de ti, es natural que despierte sospechas: ¿Qué querrá? ¿Cuáles serán sus intenciones?
Y, por lo mismo, para evitar esas sospechas, tú te callas ciertas cosas bonitas que podrías dedicarle a la persona que tienes enfrente. Te callas, vaya a que piense que le estás tirando los tejos, haciendo la bola o allanando el terreno para pedirle un favor.
Afortunadamente, no te callas siempre
Te arriesgas a regalar esas palabras bonitas, sin expectativas por tu parte. Bueno, tal vez, con una sola: la de que la persona que escucha el cumplido se sienta bien.
Porque eso es lo suele pasar gran parte de las veces. Casi todos los humanos anhelamos que nos presten atención, que se nos reconozca, que nos quieran, incluso muchos de los que dicen que esos gestos no les importan.
Quizás le resbale tu opinión o la meta en el cajón de la sospecha. Pero también puede suceder que le encante escuchar tus palabras.
Unas palabras, que no piden nada a cambio. Palabras sinceras, que te arriesgas a regalar y que sacan a la luz lo bonito que ves en otro. Palabras que, muchas veces, animan y confortan a quien las escucha.
Decirlas puede ser arriesgado. Pero asumes ese riesgo con gusto. Y, de paso, pones hoy tu granito de arena para que este sea un mundo más acogedor para todos.
Creo que seguiré tu ejemplo… Me arriesgaré yo también. Así es que voy a trabajarme la técnica con el apartado que sigue.
2. Recomendaciones para hacer cumplidos
Vamos a recopilar lo necesario para hacer cumplidos eficaces, que no suenen falsos, tontos o forzados. O sea, que dejen ver nuestro esfuerzo de destacar algo agradable de la otra persona… y punto.
Lo mismo ya sabes todo esto, porque estas 9 pautas son lo básico de lo básico, pero no está mal tenerlas por aquí.
Vamos allá:
- Sé honesto: La regla más importante. Si no sientes lo que vas a decir, no lo digas.
- Sé generoso, pero no bombardees: Los cumplidos pierden su eficacia si los haces continua e indiscriminadamente.
- Sé específico: Una forma de que se note esa honestidad es apuntando directamente al detalle que te ha gustado. Ejemplo: En lugar de «Qué guapa estás«, podría ser «Ese corte de pelo te favorece mucho. Resalta tus facciones«.
- Piensa antes de hablar: Algo necesario para ser específico y no caer en la vulgaridad o en los clichés prefabricados que se sueltan cuando no se sabe bien qué decir.
- Sé educado: Especialmente, si la persona rechaza el cumplido o se lo toma a mal.
- No añadas explicaciones: Cuando la persona te responda, no repitas el cumplido añadiéndole nada más. Pierde su efectividad.
- Reconoce sus aportes: Otra forma de hacer cumplidos es valorar positivamente la opinión de esa persona sobre algún tema en particular. Si te gusta lo que piensa, ¡díselo, caramba! «No lo había visto de ese modo. ¡Qué buena idea has tenido!«
- Pide su opinión: Mostrar consideración hacia el consejo o la orientación de alguien es otra forma de hacerle sentir bien. «Todavía no me decido sobre el color con el que pintar el cuarto. ¿Tú qué piensas?«
- ¡Sonríe!: Un cumplido es un regalo que le haces a alguien y tu sonrisa es el envoltorio perfecto.
3. Cumplidos que parecen insultos de lo malos que son
Esta es la parte menos agradable: los cumplidos malos. Los sufriremos al hacerlos o al recibirlos.
Se supone que los cumplidos son regalos, que se emplean para que el otro se sienta bien y que, si la intención es esa, qué menos que corresponder con la misma amabilidad.
A saber cómo nos responderán cuando regalemos un cumplido torpe. Eso no está en nuestra mano. Pero lo que hagamos con los cumplidos malos que recibamos, sí.
Podemos escucharlos o agradecerlos. Creerlos es otra historia.
En realidad, no es muy recomendable creerse al 100 % ningún cumplido. (Así lo veo yo.) Ni los buenos ni los malos. Y lo mismo va para los insultos.
¿Por qué?
Razones para no creerte del todo los cumplidos
➜ Porque solo son opiniones personales, que no tienen porqué coincidir con la tuya o con la mera realidad.
➜ Porque no todos los cumplidos pesan lo mismo. No es igual el que te hace tu madre, para quien eres lo más grande; que el que te hace un amigo (que te quiere, pero no tanto como tu madre)… o que el que te hace algún chulillo de barrio que quiere llevarte al huerto.
➜ Porque no siempre el «emisor» del cumplido está bendecido por la inspiración y la elocuencia. Y, lo que para él/ella es un cumplido, para ti tiene un color distinto. Tan distinto, que interpretas justo lo contrario de lo que trata de decirte.
➜ Y porque no siempre el «receptor» (tú o yo) está del mismo humor para que le bailen el agua.
Ejemplos de cumplidos malos o, cuanto menos, dudosos
Usemos ejemplos, exagerando y echándole un poquito de humor.
De un lado, pondremos a un emisor con poca inspiración. Del otro, el receptor que, en su día más paranoico, le saca punta al cumplido hasta lograr el efecto contrario.
(1) Con esa ropa estás muy favorecida. Deberías vestir así más a menudo.
Interpretación: Tanto ayer, como todos los días del lustro anterior, me estuve vistiendo que daba pena verme.
(2) ¡Qué bien te sienta ese corte de pelo! Estás mejor así.
Interpretación: Si antes de ir a la peluquería parecía una oveja, ¿por qué no me lo dijo?
(3) El ligue potencial: Qué orejas más bonitas tienes…
Interpretación: ¿Orejas? Este no se ha dado cuenta de que tengo una cara justo en medio. Piensa que soy un adefesio, fijo.
(4) Otro ligue sin futuro: Qué guapa estás cuando lloras (o cuando te enfadas)…
Interpretación: Pues tú estarías divino si te doy una patada en la espinilla.
(5) El profesor dice: Para ser tú, has sacado muy buena nota en la prueba.
Interpretación: ¿Para ser yo? ¿Qué pasa? ¿Tan empanada o tan imbécil me considera?
(6) El jefe dice: ¡Qué buen trabajo! ¡Sigue así!
Interpretación: ¿A qué se refiere? ¡Si estoy haciendo lo de siempre! Anda ya…
(7) Bombardeo de cumplidos seguidos que te realiza un espontáneo.
Interpretación: ¿Qué será lo que quiere pedirme?
Moraleja del asunto: Si haces un cumplido, trata de que este cumpla con su cometido. Después, cómo lo interprete el receptor es cosa suya.
4. Cómo responder a un cumplido
¿Crees que la parte difícil es ofrecer un cumplido? Pues esta no se queda atrás.
Muchas personas tienen problemas aceptando los cumplidos. En particular, a quienes tienen la autoestima baja les cuesta más.
Si alguien les dice: «¡Qué buen trabajo!», suelen responder: «Era muy fácil» (o algo similar).
En lo que respecta a la apariencia, igual:
– Estás muy guapa.
– Es el color negro, que me favorece.
Por supuesto, la persona con baja autoestima no tiene la intención de ofender o molestar a quien le hace el regalo. Simplemente no se identifica con esas palabras, ¿pero por qué no aceptarlas sin más?
(En el punto siguiente hablamos de esto.)
No tiene porqué creer esas palabras, en principio. Pero, si es lo oportuno, sí podría aceptar el cumplido y agradecer el gesto.
¿Cómo? He aquí lo dificultoso. Hagámoslo sencillo.
TRES pasos para responder al cumplido
En Little Things Matter recomiendan tres simples pasos:
- Mirar a los ojos de quien hace el cumplido. Este gesto añadirá sinceridad a la siguiente palabra.
- Decir «Gracias», mientras se mantiene el contacto ocular, y agregar una sonrisa como colofón.
- No explicar nada más. Con lo anterior basta, pero si urge la necesidad de explicar algo, que sea muy breve y positivo.
Imagínatelo con los ejemplos que hemos puesto antes:
– ¡Qué buen trabajo!
– Gracias.
– Estás muy guapa.
– Gracias. Tú también.
¿A que es simple? Es sencillo y de mucha utilidad para mejorar nuestras interacciones con los demás. Ahora, ¡a practicar!
Espero que te sirva y, si no te sirve, mejor. Eso es que ya manejas el truco.
5. Qué hacer cuando NO puedes creer los cumplidos
Si tu autoestima está por los suelos (espero que no), te cuesta más creer lo bueno que dicen de ti que lo malo.
Una persona con la autoestima baja tiene una imagen negativa de sí misma. Por eso le es más fácil creer comentarios negativos o críticas que los cumplidos. Lo negativo va en consonancia con la imagen que hay en su cabeza.
En los mensajes aparentemente inocuos, también suele buscar lo negativo.
Le pregunta a alguien: ¿Cómo estás? Y, si le responden poniendo una cara que no le gusta, un tono o un gesto sospechoso, puede sacar una conclusión negativa: Le caigo mal (por ejemplo).
Esta persona elige cómo quiere ver o escuchar las cosas, qué significan. Y elige que confirmen esa imagen que hay en su cabeza.
(Es algo que solemos hacer todos. Pero, en el caso de esta persona, su imagen es bastante “fea”.)
Va más lejos. Tan convencida está de lo suyo, que CREE que las demás personas tienen la misma visión. Si se ve a si misma como una persona torpe, poco agraciada o nada interesante, CREE que los demás la ven igual.
Un amigo le hace un cumplido y no se lo cree, porque no le cuadra. Le dan las gracias o tienen un bonito gesto hacia ella y se incomoda. Siente que las palabras cariñosas que recibe no las merece (o que no son sinceras).
La persona con muy baja autoestima no entiende cómo puede inspirar cariño o admiración. Y, quizás, no pueda forzarse a entender el punto de vista de una persona que siente algo bonito hacia ella.
¿Y entonces?
Está bien. Si en ese momento no le sale, que lo deje estar. Pero, al menos, podría conceder el beneficio de la duda a quien quiere expresarle su afecto. Esto sí es asequible.
Si tú eres una de esas personas que no entiende porqué otra puede admirarte o quererte, podrías considerar que él/ella tiene sus razones. Las suyas. Podrías aceptar que te quiere por esas razones que aún no entiendes.
Ya las entenderás, poco a poco.
Espero que hayas sacado algo interesante de esta miniguía del cumplido. O, al menos, que hayas pasado un buen rato por aquí. Gracias por leer. 🙂
Imágenes: mmlolek, onkel_wart (thomas lieser), Stephen Brace y asenat29