Siendo muy reduccionistas, existen dos formas de sentirte bien contigo mismo: (1) Hacer cosas. (2) Criticar las que hacen otros.
La primera implica riesgo, esfuerzo y, en definitiva, dedicación.
La segunda es mucho más cómoda: Sólo tienes que estar atento para ver cuándo puedes darle el mazazo al de enfrente.
Mucha gente elige la segunda. Espero que no te estés llevando las manos a la cabeza del asombro.
Total, seguro que lo has vivido más de una vez, aunque yo te lo esté contando aquí de una manera un poco brusca.
Hay personas que critican, corrigen, desacreditan o echan abajo lo de otros. Y esto lo hacen, simplemente, para sentirse mejor consigo mismas.
Sí, el ejemplo es muy simplón; típico de un comentario casual, sin importancia ni malicia.
Pero imagínatelo trasladado a cualquier área y viniendo de una persona que ya has pillado varias veces actuando de esta manera:
Tú haces algo. Y llega alguien que no tiene nada que ver para enmendarte la plana. Lo mismo no tiene ni idea de dónde está de pie (puede que sí o puede que no). El caso es que se atribuye el derecho de opinar sobre algo que tú realizaste.
Él/ella no ha hecho nada. No ha construido. No ha aportado valor de ningún tipo. Tan sólo su crítica negativa o su comentario poco alentador: — Ay… Qué fácil es esto…
Mucho más fácil es criticar
Hacer es lo que tiene mérito. Construir es lo que más vale. ¿Opinar? Eso puede hacerlo cualquiera, aunque su opinión no aporte demasiado.
Por supuesto, quedan excluidas las críticas constructivas que te hacen personas que saben de qué va el cuento. Ésas valen su peso en oro, porque te ayudan a aprender.
De las críticas negativas también se puede sacar algún partido, a veces. Así lo vimos en este post: Ideas para aprovechar las críticas negativas más inútiles.
Deja que te resbale
Ahora, ¿qué haces con ese tipo de comentarios o actitudes que sólo pretenden echarte abajo?
Porque, déjame decirte que, quien acostumbra a hacer esto una y otra vez, seguirá haciéndolo contigo y con otros. Es un recurso fácil para superar su inseguridad; el camino que él/ella ha elegido.
Sabiendo esto, ¿vas a hacer caso de esos comentarios? ¿Te los vas a tomar a pecho? ¿Vas a perder las ganas de hacer cosas? ¿Vas a desanimarte?
No tiene sentido que tú estés haciendo algo (con errores y carencias incluidos) y llegue alguien que no esté haciendo nada a quitarle valor.
Por poco que tú hagas, ya estás aportando más al mundo de lo que él/ella aporta.
Cada día, tú te sentirás mejor conforme vas construyendo. La otra persona ha elegido destruir. Muy bien. Que haga lo que quiera con su vida. Tan sólo, no dejes que a ti te afecte.
Aprovecho para dejar ejemplos sobre este tema. Los recopilé en este post: 7 Formas de desmotivarte. ¡No te dejes!