Tienes amistad con dos personas que no se soportan o que, en estos días, andan a la gresca (de pelea) por cualquier motivo.
Bien sea para desahogar su malestar o para que te congracies con una o con otra, cada una de ellas te habla mal del contrario. Y tú estás ahí, en medio, oyendo quejas y críticas de un lado y del otro.
Aquí tienes algunas ideas, por si quieres tenerlas en cuenta.
¿Qué puedes hacer entre tus dos amigos enemistados?
1. Ponerte del lado del que no está. Si no está, no puede defenderse de las barbaridades que el otro te cuente a sus espaldas. Demuestras empatía con tu otro amigo si no le das la razón al que habla mal de él/ella.
2. Responder aligerando el ambiente. – Ay, qué cosas…
Podrías intentar salirte de la conversación o no darle carrete al que se está quejando para evitar que siga poniendo verde al que no está. Un poquito de humor, si es apropiado, podría ayudar.
Es probable que, al amigo con el que estás hablando, no le guste que le cambies la conversación. Pero tampoco es justo que él/ella te utilice sabiendo que tú tienes una buena relación con la otra persona.
3. Invitarlo a salir del tema. Si el amigo insiste en mantener la conversación girando en torno a su aversión por el otro, explícale cómo te sientes tú al estar en medio de los dos.
Y, en caso de que no capte que te incomoda estar en medio y que prefieres hablar de otros asuntos, sé más directo: “No me siento bien escuchando esas cosas. Preferiría cambiar de tema.”
4. Ofrecerle tu apoyo. Al amigo que está en pleno desahogo puedes preguntarle cómo se pusieron tan mal las cosas en su relación con el otro. Y podrías invitarlo a aclarar la situación con esa persona, directamente.
Quizás puedas hacer bastante ayudando a ambas partes a calmar los ánimos para que puedan hablar y solucionar su problema.
En caso de que no haya tal problema y se trate de un “odio visceral”, también podrías echar un cable al amigo que despotrica contra el otro.
Pregúntale, por ejemplo, porqué está tan preocupado por la vida del otro. Y, de paso, le podrías sugerir que volcase esa atención en su propia vida.
Puede que no se lo tome a bien. Pero tú, como buen amigo, estás procurando su bienestar. Porque dejarlo que despelleje al otro y te use a ti de parapeto tampoco es que mejore mucho su situación personal.
Esto pasa. La amistad es estupenda, pero ninguna relación es tan ideal como para librarse de las complicaciones. En algún momento surgen dificultades o conflictos. Uno podría ser este del que hemos hablado.