El viernes es el día favorito para esas personas que tienen jugosos planes de ocio y descanso, y cuya ejecución es inminente.
Viernes, ¡sííííí…!
La anticipación de la diversión y el placer les pone una sonrisa en la cara.
Dentro sienten un cosquilleo emocionante, a medida que van pasando las horas y se acerca el momento de colgar las obligaciones hasta el lunes.
Les molestan menos los pequeños inconvenientes cotidianos. Intentan no llevar las discusiones demasiado lejos. La jovialidad del viernes influye en su actitud.
Y también contagian su entusiasmo alrededor: ¡Alegra esa cara, que es viernes!
De ese modo consiguen que, incluso los que no tenemos un fin de semana tan holgado, disfrutemos de la belleza del día de Venus.
¿Y si hubiera más viernes?
Que todos los días sean como el viernes no tiene ningún chiste, porque la variedad es un ingrediente imprescindible para que seamos felices.
Pero sí se puede impregnar un poco el resto de los días (que no son viernes) con ese espíritu alegre. ¿Cómo?:
Ahí van 5 ideas para todos:
➜ Empieza el día con ganas: La mejor manera de hacer esto es darle un sentido a porqué sales de la cama: ¿Qué voy a hacer hoy?
➜ Saborea lo bueno: No sólo el hecho de que sea viernes (o así lo sientas). Hay un montón de cosas que merecen ser valoradas. ¿Qué tal esos primeros momentos de paz matinal?: Contempla la vida y encontrarás muchas más.
➜ Reserva un rato para la diversión: El día no sólo trae obligaciones (o no debería). Está en tus manos buscar un ratito para disfrutar o relajarte, hablemos del viernes o del infame lunes.
➜ Pasa por alto crispaciones innecesarias: Que ya tienes bastante cuota de preocupaciones como para complicarte la vida por tonterías que diga éste o aquél.
➜ Extiende la alegría alrededor: Las buenas vibraciones y la generosidad son recibidas como agua de mayo a tu alrededor. Una sonrisa le pone color a un mundo gris, aligerando además el trabajo y la misión, quizás difícil, con la que has comenzado el día.
Un día que es viernes… o “muy parecido al viernes”.
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