¿Qué esperas que cambie alrededor para convertirte en una persona más positiva?
¿Tu bienestar depende sólo de lo que hagan otros o de que suceda algo que haga que te sientas mejor?
La gente positiva toma la iniciativa. ¡Actúa! Y, aunque lleguen tiempos difíciles, se mueve hacia adelante.
¿En qué se concreta esto?
Ya vimos a modo de esquema una serie de hábitos que caracterizan a la gente positiva. Y hoy vamos a comentar los diez que resaltan en Lifehack.
1. Una persona positiva deja ir lo que no es saludable
Deja ir de su vida empecinamientos, orgullos tontos, ideas que ya no sirven o gente negativa empeñada en fastidiarle. Todo eso, tan nocivo, y más se lo lleva el viento.
2. Una persona positiva no tiene un buen día: el buen día lo hace ella o él
La pasividad y el conformismo no forman parte de su diccionario cotidiano. Esta persona se mueve, construye, busca lo que necesita, incluso en los momentos más duros.
3. Para una persona positiva, el pasado, pasado está
Atrás quedan las malas experiencias, que dejaron una lección que aprovechar.
Y también quedan atrás las buenas. Porque dedicarse por completo a añorarlas sólo sirve para perderse las buenas experiencias de ahora.
4. Una persona positiva es una persona agradecida
Habrá ausencias y carencias, pero la persona positiva no pierde por ello de vista los grandes tesoros que tiene en su vida.
5. Se centra más en sus posibilidades que en sus limitaciones
La persona positiva tiene tantos problemas como la que no lo es. Pero no se centra tanto en lo que no puede hacer, sino en lo que puede hacer. ¡Se mueve! Busca una solución y, si esa no funciona, busca otra.
6. No deja que el miedo controle su vida
El miedo no te deja vivir plenamente. Eso lo sabe una persona que da pequeños pasos para superar sus temores y, sin olvidarse de la prudencia, prueba nuevas cosas.
Los errores llegarán (sólo los comete quien toma una decisión); quizás algún fracaso. Pero la persona positiva aprenderá de ellos y, si cae, se levantará de nuevo.
7. Conserva su sentido del humor
Claro que hay días duros, días de lágrimas, pero ésos no borran su sonrisa para siempre.
La persona positiva no pierde el buen humor dejándose arrastrar por la negatividad. Intenta ver la realidad de maneras distintas y prueba a explorar el lado más luminoso, más amable o el más gracioso de las cosas.
8. Es asertiva
Se comunica efectivamente con otros, respetándose a sí misma y a los demás. (El respeto es la base de la asertividad.)
9. Se concede permiso para sentir dolor
Una creencia errónea sobre las personas optimistas es que están todo el tiempo felices como unas castañuelas, o comportándose como si fuera así.
Una persona positiva también sufre, se decepciona, se enfada o se siente triste. Reconoce y vive sus emociones.
Lo que nunca pierde es la esperanza. No deja de buscar la luz al final del túnel.
10. Asume su responsabilidad
La persona positiva no se hace la víctima. No coloca sobre los demás la responsabilidad de su felicidad o su desdicha.
Además, procura no relacionarse demasiado con gente abusiva y tóxica. Y, cuando es objeto de algún abuso, busca la manera de defender sus derechos.
¿Es demasiado difícil recordar todo lo anterior?
Pues dejémoslo más cortito: Si tú tomas el timón de tu vida y te mueves en la dirección que tú quieres, ya estás siendo una persona positiva (en mayor o menor grado).
Y yo, ¡también! Ahí voy aprendiendo… 🙂
Imagen de Dannazion
Comentarios
2 respuestas a «Hábitos esenciales de la gente positiva»
¡Qué bueno!
Felicidades por esta entrada tan estupenda.
¿Sabes que me he identificado? Los que me conocen dicen que soy una luchadora, yo digo que soy una persona fuerte y vital. Me aplico sobre todo los puntos 2, 4, 6 y 9. Supongo que los otros también.
La vida puede arrebatarnos cosas y personas y eso, es lógico que nos duela, que necesitemos llorar, y hasta derrumbarnos (hay que caer para poder levantarse) , pero llega un momento en el que debemos pararnos y reflexionar sobre la suerte que tuvimos por tener a esas personas o cosas. Desgraciadamente tengo mucha experiencia en este tema, pero también, afortunadamente, tengo muchos motivos por los que sonreír y dar gracias a la vida.
Mirarnos el ombligo no nos ayudará demasiado. La fortaleza y el positivismo nacen cuando no le dejamos lugar al victimismo.
Querida Casandra no sabes lo contenta que estoy de haberte descubierto.
Es un gustazo pasa por esta página y leer, y leer y leer…
Gracias.
Besitos.
Muchas gracias a ti, Malú, por compartir tu experiencia y también dejarnos esas palabras de aliento.
Yo no puedo estar más de acuerdo contigo. De hecho, por eso surgió este blog: Para aprender a agarrarse a lo bueno, incluso en las circunstancias más duras. Y soy muy afortunada, porque además de ir aprendiendo e intentando poner de mi parte para salir adelante, hay personas que encuentran algo que les reconforta o les hace sentir mejor.
Te agradezco mucho tu comentario y ojalá que sigas apostando por esa actitud positiva, tan contagiosa. 🙂
Besos!!!