Vivir plenamente el presente no está reñido con tener metas y seguir caminando hacia ellas. No está reñido con la prevención ni la previsión.
Como no sabemos hasta cuándo durará esta aventura de la vida, lo suyo es disfrutarla hoy pensando un poquito en el mañana.
Estamos de acuerdo, ¿verdad? Por eso cada uno de nosotros tiene sus objetivos y, día a día, trabaja por ellos.
Por eso mismo invertimos tiempo, dedicación, dinero o amor en cosas que no ofrecen un beneficio inmediato, pero van formando un activo sólido que ahí estará mañana, para celebrarlo o para facilitarnos el camino.
De primeras, seguramente gastamos menos dinero, tiempo, esfuerzo o demás. Pero también desaprovechamos la oportunidad de mejorar el mañana.
Amantes de una noche. Amigos de una tarde. Ocio de matar el tiempo. Ropa que encoge después de lavarla la primera vez. Centenares de productos de usar y tirar…
Lo duradero es caro. Y no sólo hablamos de dinero. Observemos las amistades que duran toda una vida, por ejemplo. ¿A que cuesta construirlas y mantenerlas?
Aunque, a diferencia de lo desechable, lo que aquí hacemos es una inversión: Invertimos (tiempo, energía, amor, dinero, etc.) porque, si mañana seguimos aquí, en lo duradero tenemos un gran respaldo.
Una amistad, una pareja, una habilidad, una carrera, una vivienda, un proyecto ambicioso… Cada día invertimos en cosas como ésas en lugar de en cualquier versión más barata o desechable de lo mismo.
Porque hemos aprendido a apreciar y disfrutar los momentos de hoy, destinando algunos de ellos a preparar y allanar el camino de mañana. Por eso mismo invertimos en lo duradero.
Comentarios
2 respuestas a «Invertir en lo duradero»
Hola!… (ya tienes una fan parece..jeje)
..esta vez, sólo un alcance , pues casi todo lo que planteas me parece acertado.
¿Cómo saber IDENTIFICAR una amistad que promete, a una que durará un día..una semana?
Te lo pregunto, (a ver si me das alguna pista) porque me ha pasado mucho.. (tengo 44 años, y es una edad complicada pa hacerse de nuevos amigos..lo tengo claro)
Lo tragicómico del asunto, es que cuando conozco personas (de ambos sexos) después que me conocen, me dicen que soy una mujer súper valiosa y chora, que les gusta compartir conmigo, y otro tanto de halagos más que, claro!, me hacen pensar: esta persona, habla en serio… Pero luego desaparecen del mapa, ..ni para un mail les da! :/ y me dejan con cara de “plop?!…dije alguna mala palabra?.”
Sé que todos somos imperfectos, y que si bien podemos afirmar algo hoy …pasada una semana, quizás contra-decirlo. Y existe gente así, en el tema de HACER AMISTAD…es decir, no están invirtiendo, sino tan solo viviendo el día a día nada más…
Sé que no necesariamente son “malas” personas. Según yo, creo son más bien flojas… pues como lo has dicho, la amistad debe cimentarse poniendo ladrillos de ambos lados.
Aún así, reitero mi pregunta..y ahora incluso mas acotada:
¿cómo saber distinguir a esas personas “impredecibles”?… Tendrán algún tipo de condicionante que los delate (como un microship, jajaja)
Vale, Gracias por tus blog!..(creo que lo reiteraré siempre)
…me da gusto leerte y compartir contigo mis puntos de vista, por los contenidos, por lo que he descubierto y tenía frente a mi nariz!.. y porque eres de las personas que se hacen responsables de un blog, y contestan… (y rápidamente además)
Abrzs gatunos para ti!
(=’-‘)
m.paz
PD. borrar anteriores coments! (hay un duplicado y me faltó agregar algo vital)… ESTE es el que vale! :@
(Me quedo con este comentario. OK.) 🙂
Te entiendo perfectamente, MPaz. También por el tema de la edad (yo acabo de cumplir 40) y me encuentro con los problemas que tú planteas a la hora de hacer nuevas amistades. Añadiría otro que a esta edad es frecuente: Las personas ya tienen unos círculos de relaciones definidos y cuesta en ocasiones que te dejen “entrar” en ellos.
Ahora, ¿cómo saber dónde “invertir”? ¿Cómo encontrar amigos estables?
Es difícil. Yo misma descuidé relaciones de amistad sin mala intención. Ahora trato de no repetir lo mismo y no comprometerme con más personas con las que puedo mantener una relación así.
Lo que a mí me ha funcionado mejor es estar en un entorno propicio para comunicarse (no Facebook, ja, ja…). En sitios de estudios, cursos, aficiones encuentras personas con las que hablar. Observas, interactúas y quizás surja una conexión con alguien. ¡Qué bien! Así, poquito a poco, va caminando el tema.
Pero, si algo he aprendido, es que es mejor no partir con ningún tipo de expectativa cuando conoces a alguien que quizás se convierta en tu amigo. Puede que sí y puede que no. Uno sólo puede hacer lo que está en sus manos.
¿Qué pasa si el amigo desaparece del mapa? Da tristeza, pero a ti te queda la sensación de haber hecho tu parte bien y toda la práctica para seguir buscando buena gente. (Porque, como no interactúes con los demás, luego no atinas ni a contar una anécdota, ja, ja… Me ha pasado también.)
Me alegro mucho de que personas que te conocen te hayan descrito así. No tienes porqué dudar de sus palabras. Simplemente, por las razones que hemos apuntado o por tantas más… la amistad no cuaja. Y me temo que uno puede saber o tener una idea de lo que uno mismo está dispuesto a invertir, pero no puedes estar seguro de si la otra persona hará o no lo mismo.
Según lo dicho, me temo que asumir el riesgo, tal cual.
Qué rollo he soltado, chiquilla. 😀
Muchas gracias por hacerme compañía en estos barrios. Sí, también está la página de Facebook. 😀 Pero yo sí que soy vaga para las redes sociales… Me saturan mucho. Uso la Fanpage para que se publiquen las actualizaciones y poquito más.