Mañana es un día ligado a la esperanza.
Quienes están enfermos hoy, confían en encontrarse mejor mañana. Quienes atraviesan problemas, mañana estarán más cerca de la solución o, como poco, entenderán mejor el panorama. Quienes hoy trabajan por un objetivo, confían en que mañana se note su avance.
Mañana promete. En teoría, tiene la respuesta a muchos de nuestros anhelos.
Quien hoy no ha cumplido con su plan, mañana puede amanecer con una actitud diferente:
- Mañana sí hare ejercicio. Nada me detendrá.
- Mañana sí madrugaré.
- Mañana no comeré tanto chocolate.
- Desde mañana, no perderé tanto tiempo en Facebook.
Dicho y hecho. Manifestar una intención así de tajantemente hace más probable que esta persona cumpla con su palabra mañana. Aun así, no hay garantías.
Dímelo a mí. Muchas veces me he prometido: “Mañana no tomaré café después de las 5 de la tarde.” Y no siempre lo he cumplido.
El refrán que todos conocemos
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
La frase se le atribuye a Benjamin Franklin. ¿Lleva razón o es una expresión masoquista?
Como hemos comentado otras veces, el placer inmediato lleva las de ganar. Obsérvalo en un objetivo que la mayoría compartimos, a pesar de nuestras diferencias: Estar sanos y en forma.
Hoy es mucho más placentero quedarse frente a la tele comiendo delicias chatarra, que enfundarse la ropa deportiva y almorzar ensalada. Y, como no tenemos la certeza de despertar mañana, ¿por qué no disfrutar este día todo lo posible?
Esa es la razón por la que muchas veces le damos prioridad al placer del momento frente a los potenciales beneficios que podamos obtener en un futuro (mañana incluido).
Lo que perdemos de vista es que lo que hacemos hoy nos está entrenando para mañana.
- Haciendo hoy unos minutos de ejercicio, es más probable que mañana nos cueste menos trabajo hacer lo mismo.
- Levantándonos hoy un poquito antes, nos entrenamos madrugar.
- Comiendo hoy menos chocolate, es más fácil seguir haciéndolo mañana.
- Etc.
Desde luego, con “lo malo” también pasa: Si yo hoy me tomo el café a deshoras, es probable que mañana me agarre a la misma excusa para volver a hacerlo.
Conclusión: Disfrutemos de lo maravilloso de este día. Y, en lo que podamos, entrenémonos para mañana. Aprovechemos la oportunidad que tenemos hoy de acercarnos al futuro que queremos.
¿Lo intentamos? 😉
Imagen de sultan alghamdi