Cada vez más, los supermercados y las tiendas de alimentación llenan sus estantes de miel de diferentes tipos y variedades.
Para que la miel funcione como remedio curativo, es muy importante que no haya sido sometida a altas temperaturas y que no tenga ningún otro ingrediente añadido.
Es decir, es necesario que sea 100% natural.
Dentro de la miel natural, podemos encontrar muchas variedades, dependiendo de las flores o plantas de las que las abejas la hayan extraído.
Así, tenemos miel de flores silvestres, de tomillo, de eucalipto, de mil flores, de azahar… Todas ellas poseen un gran poder medicinal que ayuda, sobre todo, a eliminar los gérmenes.
¿Cómo se utiliza la miel?
La miel se ajusta perfectamente a los gustos de cada persona. Sus variedades ofrecen un abanico muy grande de sabores, desde los más suaves a los más fuertes, pasando por algunos tipos más aromáticos.
Los niños mayores de un año de edad suelen responder muy bien a los tratamientos basados en miel. Estos son algunos de los usos curativos de la miel:
Quemaduras
Diversos estudios han demostrado que la miel puede ser un tratamiento extremadamente eficaz para combatir las quemaduras superficiales de la piel.
Gracias a su alto contenido en ingredientes naturales antibacterianos y a su naturaleza húmeda, la miel ayuda a recuperar la flexibilidad de la piel quemada y reduce la pérdida de humedad.
Si utilizas la miel para tratar las quemaduras menores, simplemente extiende una fina capa de miel sobre la quemadura y cúbrela con una gasa de algodón.
La miel no necesita estar refrigerada, pero proporciona mayor alivio si se enfría antes de aplicarla sobre una quemadura.
Tos y resfriados
También hay estudios que sostienen que el consumo regular de miel ayuda a prevenir los resfriados y a calmar la tos y los dolores de garganta. Sus propiedades antibacterianas ayudan a combatir las infecciones de la garganta y las infecciones de las vías respiratorias altas.
Puedes preparar un eficaz jarabe para combatir la tos en tu propia casa. Para ello debes calentar la miel en un cazo sin que llegue a hervir junto con unas rodajas de jengibre en crudo. Deja reposar esta mezcla al menos durante cuatro horas y después retira los trozos de jengibre.
Así habrás conseguido un jarabe que calmará tu tos y revitalizará todo tu organismo.
Cosméticos
La miel es muy buena para la piel seca debido a su alta humedad. Sus propiedades antibacterianas ayudan a combatir diversas imperfecciones y problemas de la piel, como el acné leve.
Mezclando una cucharadita de miel con un yogur natural tendrás un estupendo limpiador facial.
Si lo que quieres es un exfoliante 100% natural con efecto hidratante, mezcla un puñado de azúcar con una cucharada de miel y una cucharadita de aceite, preferiblemente de oliva, y aplícatelo en la cara a modo de peeling.
Alergias
El consumo regular de miel ha demostrado su eficacia para prevenir los síntomas de algunas alergias, como la fiebre del heno.
Esto se debe al contenido residual de polen que conserva la miel y que actúa como vacuna para reducir la sensibilidad a los alérgenos comunes.
Curación de heridas
La miel puede ser un remedio para la curación de heridas, sobre todo en el caso de personas diabéticas que tienen problema con la cicatrización de heridas leves.
Puede reducir el tiempo de curación y es menos doloroso que un antiséptico común.