¡Oh, el primer café de la mañana!
Además de que sabe bien, algunos de nosotros lo necesitamos para comenzar a funcionar «como personas» y no como zombies que arrastran sus pies hasta el baño.
Hay que reconocerlo: Es una adicción, en mi caso.
Yo me pude percatar de eso, por ejemplo, ante un desastre doméstico, que me ha impedido preparar café ciertos días, o cuando he amanecido lejos de casa, sin café a mano.
Es por mi propio vicio confeso por lo que me parece bien tomar nota de algunas ideas para activarse sin depender del café humeante.
Ya no sólo por la adicción, sino también por otros efectos de la cafeína que son poco agradables.
Cafeteros adictos del mundo, este post es para nosotros.
Comentemos las ideas que Scott H. Young nos deja en su blog y añadamos alguna más para evitar que, cuando se retrase el café, se adelante la mala leche.
Ideas para no depender de la cafeína
1. Dormir bien: Claro, esto es lo primero. Durmiendo mal o sólo 3 ó 4 horas no te reanimas ni con una transfusión de cafeína. Atención a los hábitos de antes de ir a dormir.
2. Encender las luces: Tras sonar el despertador, alarga tus apéndices hasta los interruptores de la luz y… ¡chas! Fogonazo que te crió.
3. Poner musiquilla: Siempre que se pueda, ¡arriba el volumen!
4. La regla de los 10 minutos: Este truco ya lo hemos comentado en las ideas para levantarse pronto por la mañana que, por cierto, complementa muy bien a este post.
Consiste, por supuesto, en mantenerte despierto por espacio de 10 minutejos, sin tener la tentación de dar una cabezadita ni nada de eso. Ya sé, es una vigilia estoica, pero funciona.
5. Activarse a la brava: No vale poner la tele. Tiene que ser algo en lo que se requiera el uso del cerebro. Cosa que va de la mano con lo siguiente…
6. Hacer algo de ejercicio: Unos minutitos moviendo el cuerpo. Quizás estirándote, haciendo algunas flexiones o bailando la canción que te ha sacado de la cama.
7. ¡Desayunar!: Después de todo lo anterior, no necesitarás cargar el café como si fuera una bomba. Es más, puede que ni necesites café. Lo que sí vas a necesitar son nutrientes para hacerle frente a la jornada. Así es que… ¡a desayunar todos como reyes!
Propongo por mi cuenta, además, ir recortando progresivamente las dosis de cafeína diaria; menos cafés y menos cargados.
Sigue la lista:
- Darle una oportunidad al descafeinado y a otras bebidas menos fuertes que el café.
- Abrigarse en invierno, para no tener la excusa de entrar en calor con un café calentito.
- No repetir café cuando se esté en una reunión o tertulia cafetera. En lugar de eso, beber agua.
- Y hacer todo lo recomendado poquito a poco, hasta que llegue el día en el que no nos desesperemos por no tener café a mano.
¿Nos recomiendas tú otra cosilla?
Imagen de FRANCESCA