El café (mi adorado café) es una bebida con muchas virtudes, pero junto a ellas hay que considerar otra serie de efectos que no son tan virtuosos.
En mi caso, necesito café por las mañanas, porque de lo contrario siento que no he despertado del todo. ¿Y el café de después de comer? Más de lo mismo.
Dejemos mis aventuras cotidianas y pasemos a lo que importa.
Virtudes de la cafeína
Las más populares seguro que las conoces:
- Mejora la atención; nos hace más receptivos.
- Mejora el estado de ánimo.
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil.
- También ayuda a prevenir la diabetes.
- Facilita la digestión y es una ayuda contra el estreñimiento.
Efectos negativos de la cafeína
Excederse con la ingesta de café tiene esas consecuencias negativas que te imaginas: irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, palpitaciones, etc.
Pero también tiene efectos negativos menos conocidos, como éstos:
1. Incontinencia
El café es diurético y, además, relaja los esfínteres.
Esto tiene su lado bueno (como hemos mencionado en el caso del estreñimiento). Eso sí, también tiene su cruz, como que una mañana te despiertes notando que te has orinado en la cama… o quizás encuentres algo más que pipí.
Si eres propenso a la incontinencia, ten cuidado, porque demasiada cafeína termina debilitando los esfínteres.
2. Síndrome premenstrual
Si eres de las mujeres que reciben la menstruación con dolor (mucho dolor), la cafeína hará que te duela más todavía.
3. Fatiga emocional
La cafeína despierta el cuerpo y mejora el humor, sí, salvo que el cuerpo esté muy cansado.
Cuando estás físicamente muy cansado y, en lugar de darle a tu cuerpo el descanso que necesita, te tomas un café, ¿qué sientes? Pues eso. Te sientes hecho polvo, aunque tu cuerpo esté despierto.
4. Jekyll y Hyde
El café te estimula, te inspira, te eleva. Estás concentrado y trabajando rápida y eficazmente hasta que se termina el efecto de la cafeína y te das el batacazo, terminando en el extremo opuesto: cansado, deprimido y harto de todo.
5. Fácil de manipular
La cafeína hace que prestes más atención, tanto a unos estímulos como a otros.
Hay mensajes persuasivos que pasarían por alto de no prestarles atención, pero la cafeína te ayuda a captar esos mensajes y a procesarlos, lo que te hace más susceptible a influencias externas.
Quizás creas que el café te hace más agudo. Pues hay estudios que dicen que te hace más influenciable. Vivir para ver.
Quedémonos con lo bueno que, mientras no nos excedamos y no resulte contraproducente para nuestra salud, tomarse un cafecito al día nos beneficia y es un gustazo. 😉
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