¿Te imaginas cuando estés a pocos pasos del final?

Imagínate a las puertas de conseguir tu objetivo. Estás frente a él, a pocos pasos de lograrlo. ¿Te echarías atrás en ese momento?

Es probable que, teniéndolo tan cerca, hagas el esfuerzo de dar los pasos finales, incluso aunque encontraras obstáculos de última hora. ¿Puedes verte en escena?

A ese momento puedes llegar. Y, si llegas, será porque en estos días estás caminando. Podrás dar los últimos pasos gracias a que diste todos los anteriores, incluyendo los de hoy.

¡Qué panorama el de hoy! Tropiezas, caes, encuentras problemas que te tocan la moral y sientes que estás lejos de la meta.

pasos

El camino no se hace en un día. Para llegar a donde quieres no siempre precisas habilidades extraordinarias, sino entereza, paciencia y perseverancia.

Eso que es tan simple y tan difícil a la vez: la voluntad de seguir andando, durante el tiempo que sea necesario, hasta llegar al destino que quieres. Y hacerlo, paso tras paso.

O, quizás, no sea tan difícil. Porque, ¿cuántas veces has dado ese pequeño paso que te costaba trabajo? Bastantes. Lo has hecho muchas veces.

Así que, si hoy te cuesta moverte, confía en tu “yo del pasado”. Ese que no sucumbió a la desgana o a la tristeza pasajera. Ese que, si no pudo con un gran paso, dio uno pequeño, pero lo dio.

Haz lo que has hecho otras veces: una tarea más, un avance diminuto, un simple gesto, un pasito de nada. Como sea, sigue en el camino.

Porque lo haces hoy también cuenta. Confía en ti y sigue sumando.

¡Sigue adelante!

Los que están a pocos pasos de llegar a su meta han pasado por lo mismo: Han sumado pasos, muchos pasos, en días favorables y en días no tan favorables.

Algún día, si sigues caminando, tú también podrías llegar hasta ese punto en el que te separen muy pocos pasos de lo que quieres. Ese punto donde estés a pocos pasos del final. Si los darías entonces, da los de ahora.


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