¿Cómo se afronta un objetivo con perseverancia? ¿Te parece que esta es una actitud «sufrida»?
Vamos a contemplar esta cualidad desde un ángulo más alegre.
La perseverancia es una virtud poderosa. Quien la incorpora a su vida, sigue avanzando por el camino que se ha propuesto, aun en los momentos difíciles.
Dice el refrán: «El que persevera, alcanza.»
Quien toma la determinación de proseguir la lucha hasta el final, está convencido de ello o, al menos, hará todo cuanto esté en su mano para lograr su objetivo.
Hay objetivos vitales que precisan de esa virtud heroica.
Pongamos que abordas uno de ellos. ¿Cómo lo afrontas con perseverancia? Estos 8 pasos lo describen.
1. Inspírate en modelos apropiados
Sobre todo, toma nota de personas que supieron plantarle cara al fracaso y la adversidad, saliendo adelante.
La historia está llena de ejemplos ilustres, pero también de héroes anónimos, que seguramente están cerca de ti. Inspírate en su superación.
2. Traza tu plan
La constancia es inútil si no se sabe ciertamente a qué puerto se pretende llegar y cómo dosificar las energías.
Organiza tu estrategia, según tus circunstancias personales y teniendo también en cuenta tu propio ritmo.
3. Celebra los pequeños pasos
Cada paso es una victoria, pequeña, pero que te acerca más a tu propósito.
Toma energía con cada minúscula batalla ganada, porque, en definitiva, es la suma de ellas la que te dará la victoria definitiva.
4. Deshecha los pensamientos inútiles
Los pensamientos negativos que llegan del agotamiento son peligrosos, porque pueden llevarte a tirar la toalla justo antes de un inminente avance.
Si has tomado la decisión de llegar hasta el final, ese «nunca lo conseguiré» o el «es imposible para mí» están de más. Mándalos a volar.
5. Prepárate para los errores
Te equivocarás y tropezarás más de una vez. Acéptalo. Hay que contar con que es más que probable.
Sin embargo, tienes la oportunidad de utilizar esos errores en tu beneficio, aprendiendo de ellos, haciéndote más sabio y más fuerte.
6. Déjate animar por quienes te desalientan
En el camino también es probable que encuentres personas que envidien tu actitud o, simplemente, personas tóxicas, que no tienen nada mejor que hacer que echar por tierra tu moral.
Deja que sus palabras te animen, precisamente, a luchar con más ahínco.
7. Elige tus himnos
La música es un recurso sencillo y poderoso para automotivarse.
Iniciar un día difícil o de bajón, después de escuchar esa canción que te carga las baterías, es más fácil.
Para este propósito también sirven frases, libros o películas motivadoras. Construye tu arsenal.
Ya ves. El perseverante se prepara para conquistar sus objetivos. Lo hace «con cabeza» y, durante el camino, no deja de alimentar la actitud adecuada.
La perseverancia está hecha de optimismo
El perseverante es un optimista.
Se agarra a lo positivo para seguir adelante. Si, durante su recorrido, se traza un objetivo que no consigue, se queda con lo que ha hecho bien, aprende del tropiezo y vuelve a su senda.
Alguien pesimista, quizás, se habría rendido apresuradamente. Pondría el acento en lo que ha hecho mal y se desanimaría antes.
Porque, a la hora de conseguir algo importante, a muy pocas personas les vienen las cosas rodadas.
Lo más habitual es que haya problemas e inconvenientes que sortear en el camino o auténticas pruebas de fuego y que las fuerzas flaqueen en algún momento.
¿Qué es lo que hace un optimista-perseverante en esos casos?
El perseverante no pierde tiempo en comparaciones inútiles
El perseverante no se rinde fácilmente. Si se ha propuesto conseguir algo, no le desanima que otras personas con el mismo objetivo le adelanten por el camino, ni que lleguen a la meta antes que él.
Sí, quizás se sienta decepcionado de primeras, cuando ve que su esfuerzo tarda en producir frutos, pero controla sus emociones. Frena el impulso de mandarlo todo al carajo y no se autodestruye con la crítica.
No, no va a tirar piedras sobre su tejado. Todo lo contrario: Tratará de ver qué puede aprender, qué puede hacer, cómo seguir. Quizás busque ayuda o pare para tomar aire. Y, tras eso, ¡seguirá adelante!
El perseverante fragmenta el recorrido…
Tiene un truco: no se concentra tanto en la lejana meta, como en la «etapa» que tiene por delante.
Puede que su objetivo sea muy ambicioso, enorme o imposible para un pesimista aferrado. Pero el perseverante es como ese ciclista que va cumpliendo etapas; una tras otra. Y hoy se centrará en la que toca. ¿Que sale flojilla? Ahí vienen más por delante.
… Y lo disfruta
Es tentador asociar perseverancia a sufrimiento. Ahí está nuestro ciclista, sudando la gota gorda y dejándose hasta el alma, día a día, una pedalada tras otra.
Pues, no. El perseverante no está todo el tiempo sufriendo. Se esfuerza, sí, pero disfruta del recorrido: de lo que observa, de lo que aprende, de los días buenos, de los pequeños logros… Y de ahí saca fuerza también.
¿No crees que es más fácil perseverar cuando se tiene esta actitud? Mucho más, en mi opinión.
Imágenes: spDuchamp y Thomas Hawk
Comentarios
3 respuestas a «Perseverancia: Esa es la actitud»
Jejeje me encantó el gritito de felicidad del muñeco amarillo cuando por fin consigue la fruta, jejeje :).
No debemos tirar la toalla hasta que esté tan impregnada de nuestro esfuerza que ya no pueda absorber más. El esfuerzo siempre tiene recompensa aunque tú en principio no se la veas :).
Besitos a todos los perseverantes
Alba, ¡qué bueno lo de la toalla!
Hay que hacerse con una ultra-absorbente! 😆 Me ha encantado.
Besos!!!