Prepararse para la primera vez. ¿La primera, de qué? De cualquier cosa, porque siempre hay una primera vez cuando hacemos algo.
Las primeras veces son emocionantes. Muy a menudo se entremezcla la ilusión con el miedo de no hacerlo bien.
A continuación vienen unos consejos para evitar o disminuir ese temor y centrarnos en lo positivo de la experiencia.
¿Te animas a zozobrar a dúo con los comienzos? Pues, ¡venga!
5 Recomendaciones para esa primera vez
1. Olvida la perfección
Baja el listón cuando debutes en algo.
No tiene sentido buscar la perfección de quien está experimentado. Simplemente, ya que te hayas decidido no des más vueltas. ¡Lánzate! Sin pensar. ¡Ya!
Probablemente ya lo hayas pensado de sobra. Así que… ¡pa’lante!
2. No hagas caso de lo que otros piensen
Primero, porque la gente suele entender los fallos de alguien que se enfrenta por primera vez a algo. Al menos, las personas razonables.
Segundo, porque, si participan varias personas, cada una suele estar más pendiente de su propio rendimiento.
No sé si te tranquiliza o te descorazona. Pero es así. Los otros también tienen nervios y una «performance» en la que fijarse.
Y, por último, recordar que todas las personas pasan por esa primera vez o por docenas de «primeras veces» a lo largo de la vida.
3. No te presiones por el tiempo
¿Qué hay de malo en ir más despacio o muy deprisa la primera vez?
Es natural. Tómate tu tiempo. Después, con ayuda de la experiencia, irás a otro ritmo.
O no. Tú verás.
4. Prepárate, si es posible
Hay «primeras veces» que no se pueden preparar a conciencia, como, por ejemplo, de qué se hablará en una primera cita romántica con alguien.
Sin embargo, hay situaciones en las que la preparación es del todo necesaria: Un examen, un discurso, cocinar una paella para quince, etc.
Si hay que entrenarse, por tu parte que no quede. Lo que puedas preparar tras bambalinas, hecho está.
5. Toma nota para la segunda vez
Lo mejor de la primera vez es que se pueden extraer datos que hagan que la segunda vez sea más fácil.
¿Qué ha fallado? ¿Qué se puede mejorar?…
Y lo mismo se puede decir de la segunda vez, hasta que dominemos el asunto de manera aceptable.
Sí, tal vez sigas encontrando cosas que te apetezca mejorar la enecienta vez. La primera vez sólo es el comienzo. Después vienen más descubrimientos, ¿o no?
Pues, ¡hala! Si te vas a enfrentar a una primera vez, ponle freno al miedo y… ¡adelante! Aprovecha lo mejor de la experiencia. 🙂
Imagen de mikebaird
Alba dice
Yo soy la persona en el mundo que más cosas empieza y menos acaba. La inconstancia no es mi mejor virtud pero intento cambiarlo.
Yo soy de las que si algo no me sale a la primera, lo dejo. Cuando me pasa eso, osea siempre, intento pensar en mi cuando aprendí a montar en bici y me pegué un leñazo de campeonato. No deje de montar en bici, seguí intentándolo hasta que lo conseguí ;).
¿Será que de pequeños tenemos más fuerza de voluntad? Quizá yo como era tan patosa tuve que esforzarme demasiado para todo y se me agotó, jejeje.
Un besitooo
TBM - Casandra dice
Lo que ocurre es que de pequeños tenemos menos miedos. Al crecer los vamos multiplicando.
A mí también me costó aprender a montar en bici y me llevé más de un castañazo. Uno de ellos fue de órdago. Si me hubiera ocurrido con estas edades, quizás hubiera aparcado la bici para siempre. 😆 Qué cosas…
Pero bueno, Alba, no dejaremos de aprender cosas nuevas ya de mayores. Si no nos llenan ésas, pues probamos con otras. No tenemos porqué acabarlo absolutamente todo, digo yo. 🙂
Besos!!!!