Eres una persona única e irrepetible. Ningún otro individuo, por mucho que se te parezca, ha vivido exactamente lo mismo que tú y reproduce al calco cada una de tus características.
Eso no quita que sí existan (o existieron) bastantes personas que han pasado por situaciones similares. Bastantes personas que han cometido errores parecidísimos a los tuyos. Bastantes, que comparten tus ideas, tu talento, tus vergüenzas, manías, miedos, etc.
Rarezas compartidas
Aunque cada quien sea único, hijo de su padre y de su madre, y vecino de otras gentes, podrás encontrar a un grupo generoso de personas que concuerde con la rareza más estrambótica que tú sientes que posees en exclusiva.
Da igual el problema que tengas o cómo te sientas. No estás solo. Alguien ha pasado o está pasando por ahí. Quizás no sepas nunca dónde está ni cómo se llama, pero se ha visto con la misma papeleta que tú.
Teniendo en cuenta los miles de millones de personas que han habitado la Tierra hasta la fecha, ¿no es probable que así sea? ¿No es probable que al menos una haya sentido algo muy parecido a lo tuyo?
¿Para qué sirve recordar esto?
A veces, cuando uno está deprimido o demasiado enfrascado en sí mismo, se olvida del resto del mundo.
Sus errores le pesan. Sus vergüenzas y culpas le pesan. Los problemas que atraviesa le parecen diseñados para él/ella en exclusiva. Se siente solo con su sufrimiento.
Se mira al espejo y se ve distinto de la gente “normal” que camina por la calle. No considera que ninguno de nosotros va exhibiendo cada una de sus rarezas y sus problemas a todo el mundo.
Saber que, detrás de la apariencia, hay personas como tú y como yo sirve para no sentirse tan solo.
Seguramente, alguna vez has compartido en público un pensamiento cualquiera y te has llevado una sorpresa agradable cuando alguien dijo: “Yo también pienso así.”
Quizás le has contado a un amigo una experiencia “rara” y él te respondió que a su tío le pasó algo muy similar.
Cada persona (única) sigue su camino (único). Pero buena parte de lo que le pasa y lo que siente no es tan “raro”; no es tan exclusivo.
Hay montones de personas que lo comparten. Muchas se sentirán “raras”, perdidas, solas… No saben que no lo están.
Imagen de fiddleoak