12 Ingredientes para una relación de pareja duradera (y feliz)

Hablemos del amor de pareja y de relaciones fuertes y estables.

Veremos qué “ingredientes” hacen más probable que se establezca una relación de pareja duradera, provechosa y feliz para ambas partes.

Claves para lograr una relación de pareja duradera (y feliz)

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1. Elige a alguien que te atraiga físicamente

El físico importa. Pero lo que importa es que esa persona te guste a ti. Lo cual no significa necesariamente que tenga que ser una réplica de las bellezas plastificadas que vemos en las revistas o en la televisión.

Un excelente indicador es que no puedas apartar tus ojos o tus manos de esa persona.

Si esta “química” no se da al principio de la relación, muy difícilmente se dará después.

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2. Elige a alguien que encuentres interesante

También es necesaria la conexión emocional e intelectual.

Elige a alguien con quien puedas hablar durante horas y el tiempo se te vaya volando. Alguien con quien estés tan a gusto que sientas que podrías estar así la vida entera.

¿Conoces esa sensación? ¡Es fantástica!

3. Elige a alguien con intereses comunes

Una pareja es alguien con quien vas a compartir muchísimo tiempo. Se hace necesario que los dos tengáis gustos compartidos e intereses vitales compatibles.

  • ¿Te imaginas que te emparejas con alguien ultra-hogareño y a ti te encanta salir todos los fines de semana?
  • ¿Y si tú necesitas vivir en la ciudad y a tu pareja solo le apetece la vida campestre?
  • ¿Y si tú sientes pasión por los libros y tu pareja ve cuatro palabras juntas y se marea?

Pues, eso. Cuanto más similares, mejor.

4. Elige a alguien de mente abierta

Por bien que vaya la relación, alguna discusión surgirá. Es rarísimo que todo el tiempo estéis de acuerdo en cada cosa, ¿no?

Tenlo en cuenta y quédate con alguien que sepa dialogar para resolver los problemas, alguien constructivo.

Si tu candidato o candidata es alguien cabezota y controlador, que solo espera que se haga su santa voluntad, el estrés te va a estar esperando tras la puerta.

5. Elige a alguien que vaya en tu misma dirección

Con el paso del tiempo, cada uno de nosotros evoluciona. Es más fácil que esa evolución converja con la de una pareja que tiene objetivos y aspiraciones similares a los tuyos.

De lo contrario, ambos podéis frustraros y frenaros mutuamente. Cosa nada deseable.

6. Elige a alguien con quien compartir alegría

Los momentos más amables ayudan a mantener viva la relación, que no solo existe para resolver a dúo dramas y problemas.

Es saludable que las risas y los juegos tengan su lugar en la convivencia.

Además de que reina el buen ambiente, esto actúa de “pegamento” para la relación y, en muchas ocasiones, ayuda a resolver conflictos (o a que no se hagan más grandes).

También es recomendable compartir los logros (grandes o pequeños) de los dos miembros de la pareja.

¡A celebrar cosas! Cualquier pequeña victoria es buena.

7. Deja sitio a las nuevas experiencias

Las que vivas por tu parte. Las que él/ella viva por la suya. Y las que compartáis como pareja.

Que una relación esté asentada no es obstáculo para que se dejen de vivir nuevas experiencias.

Al compartir experiencias, ambos miembros de la pareja se encuentran más a gusto en la relación, más cercanos a su compañero/a y más contentos con la vida en general. Y, de paso, se alejan de uno de los principales enemigos de las relaciones: el aburrimiento.

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8. Mantén tu identidad personal

En sintonía con lo anterior, vivir en pareja no implica perder tu individualidad para fusionarla en una identidad común.

Cada uno tiene sus opiniones, sus gustos, sus intereses. Y, desde esa identidad propia, comparte con su pareja un proyecto de vida en el que los dos se valoran como individuos únicos que son.

9. Expresa tus sentimientos

Tener detalles con la pareja, dedicarle palabras bonitas o un gesto espontáneo de cariño… Esas pequeñas cosas, que parecen insignificantes, mantienen viva la relación.

Aquí cada uno tiene su estilo, pero se capta la idea, ¿verdad?

10. Sé claro/a

La comunicación directa y honesta es otro ingrediente fundamental.

Dejar que el otro se exprese, escuchar, no ponerse a la defensiva en cualquier conflicto, intentar entender cómo se siente, etc.

Todo eso sirve para resolver los obstáculos que encuentre la relación y, también, para crecer como pareja.

11. Sé generoso/a

Más allá de lo material, la generosidad es esa actitud de darse uno mismo. Y no puede faltar en una pareja.

Pero tampoco puede faltar a la inversa. Del mismo modo que se da, hay que saber recibir lo que da el otro: reconocerlo y valorarlo, sin llevar la cuenta de quién da o recibe más. (Es el siguiente punto.)

12. Sé agradecido/a

La simple palabra “gracias” hace un enorme bien a la convivencia. Cuando ambos sienten apreciado lo que mutuamente se aportan, la relación se fortalece.

También es importante cultivar la gratitud, simplemente, por el hecho de estar al lado de la otra persona.

Quizás eso sea difícil cuando el compañero/a saque al otro de sus casillas. Pero, para estos casos, los psicólogos nos recomiendan un simple truquillo: imaginar cómo sería la vida sin esa persona o cómo nos sentiríamos si algo malo le ocurriese.

Lo segundo es un poco morboso, pero funciona. Y sirve para atenuar el enfado del momento.

Conclusión

Para construir una relación de pareja duradera es importante elegir bien al compañero/a.

Y, ya que se elige, poner cada cual su parte en que haya una buena comunicación entre ambos y un espacio para compartir experiencias positivas.

¿A que te suena? Las relaciones de pareja (y todas) hay que trabajarlas. Pero el trabajo vale la pena.

Fuente: Psychology Today (aquí, aquí y aquí).

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