Piensa en una persona cariñosa que ha aprendido a comunicar su afecto. ¿Te gusta cómo se relaciona con sus seres queridos?
Si te gusta su modo de ser y quieres encontrar tu propio estilo para demostrar cariño, aquí van buenas propuestas para practicar.
Como has podido observar en el vasto mundo, hay personas más cariñosas que otras. Entre las que no son muy expresivas con su afecto, el panorama es variado.
- Hay personas que, por naturaleza, son poco dadas a manifestar sus sentimientos. Son así y ya está.
- Hay personas que tienen una concepción muy negativa de lo de ser cariñoso. Consideran que es una memez, una ñoñería o una muestra de debilidad.
- Hay personas tímidas, que no se atreven a expresar sus afectos.
- Y hay personas que quieren ser más cariñosas y no les sale, porque no han aprendido a demostrar su afecto o están desentrenados.
El contenido de la entrada está pensado para los dos últimos grupos: Los que sí quieren, pero no se atreven o no les sale.
¿En qué consiste ser cariñoso?
La persona cariñosa se expresa con gestos que van más allá de los besos y abrazos. Es creativa encontrando el modo de que el otro se dé cuenta de que es importante para ella.
Observémosla y recopilemos. ¿En qué se le nota lo cariñoso?
➜ En el contacto físico. Vale. Este ya lo tenemos. A lo de besar y abrazar, podemos añadir otros gestos: tomar la mano, atusar el pelo, etc.
(Los que siguen son más fáciles de llevar a cabo, si estás empezando a sacar el lado cariñoso.)
➜ En los detalles. Cuando la persona cariñosa hace un regalo (aunque sea un presente chiquitín) se le nota que ha pensado en ti. Se ha tomado su tiempo y ha tenido en cuenta tus gustos y necesidades.
➜ En su amabilidad. Hace cosas agradables por ti para hacerte la vida más fácil. Quizás te prepara el desayuno, te ayuda con una tarea o hace la colada el día que no le toca, para tener ese gesto amable contigo.
(No es un felpudo humano. Lo hace porque le nace hacerlo y no por miedo a quedar mal.)
➜ En que encuentra tiempo para ti. Para escucharte, para pasear juntos o compartir cualquier actividad.
Estar al lado de una persona cariñosa es muy agradable. Y aprender de ella, para quienes queremos ser más expresivos con las personas que nos importan, también lo es.
Practicando el cariño. ¡Allá vamos!
Si tenemos cerca a una persona así, que nos expresa su afecto, el “contagio” es más sencillo. Pero hay que prestar atención. Por ahí se empieza.
1. Atención. ¿Qué hace esta persona para conectar contigo? ¿Qué momentos aprovecha para tener un gesto cariñoso? Fíjate. ¿Qué oportunidades se saca de la manga?
2. Receptividad. ¿Cómo respondes tú a su aproximación? ¿Recibes su gesto con agrado? ¿Te retiras o la empujas para que no se te acerque? (No, esta última no nos vale para el entrenamiento.)
3. Gratitud. Aquí hay una oportunidad de oro para mostrar cariño. Solo necesitas corresponder: decir gracias, sonreír, devolver el gesto, etc.
Así, gana la persona cariñosa, que sabe que ha logrado hacerte llegar sus sentimientos y ganas tú, reforzando tu vínculo con ella. No en vano, las relaciones se nutren y se fortalecen con pequeños gestos cotidianos.
Y eso se complementa con la práctica de gestos como los de arriba. Como cada cual es cariñoso a su manera, habrás de encontrar tu estilo.
¿Cómo? ¿No tienes una persona cariñosa en tu vida?
Puede pasar, sí. Las personas con las que más convives son poco cariñosas o entienden más de recibir cariño que de darlo. Qué contrariedad.
Sin personas cariñosas cerca, es difícil ser expresivo con los afectos. Lo más efectivo es acercarte a personas que se parezcan a lo que a ti te gustaría ser. Como es agradable, el cariño se pega mucho.
Si eso no puede ser por ahora, qué remedio, ve haciendo progresos en tu entorno cercano. Podría ser que alguien se sienta movido a corresponder y a ser un poco más cariñoso también.
Pero eso no es una certeza. Una persona puede cambiar gradualmente y ser más cariñosa, si está interesada en serlo. Y tú, si estás avanzado en el tema, habrás de ser paciente con ella en tanto aprende a ser más expresiva.
Si no está dispuesta a desarrollar esta expresividad, deja a un lado la expectativa. Forzar a alguien a que muestre su cariño es un empeño vano, si esta persona no se siente cómoda siendo así. Habrás de buscar otro arreglo.
Afortunadamente, en el mundo hay muchas personas que quieren dar y recibir cariño. Puedes (podemos) aprender y compartir con ellas.
Pocos entrenamientos son más agradables que este, ¿no crees?