El Slow Food es un movimiento «eco-gastronómico» que promueve recuperar los placeres de la mesa con amigos y familiares.
Comer se convierte entonces en un momento de intercambio y de descubrimiento, donde todos están invitados a volver a conectar con las tradiciones y a explorar nuevas culturas culinarias.
El Slow Food nace como respuesta a la «velocidad» en las sociedades mundiales de la era post-industrial. Se opone al concepto de comida rápida que estandariza los gustos. Y pretende ayudar al consumidor a convertir en toda una experiencia el hábito de comer.
A través del Slow Food se despierta el gusto del público por la calidad de los alimentos. Además de porque se conozcan: el origen de los mismos, las condiciones socio-históricas de su producción, etc.
Los defensores de este movimiento quieren asegurarse de que siempre habrá un lugar para la producción artesanal de alimentos.
Por eso, los practicantes del Slow Food se toman tiempo para elegir los productos, para cocinarlos correctamente y para disfrutarlos en buena compañía.
De ahí, su emblema: el caracol. Que simboliza lentitud, pero también prudencia, sabiduría, solemnidad, moderación y bondad. Casi nada…
Además, el Slow Food busca generar interacciones entre las personas que compartan la mesa, así como que se re-descubran sabores olvidados o casi extintos.
El Slow Food, un movimiento internacional
A día de hoy, el movimiento cuenta con unos 82.000 miembros en cincuenta países.
Italia, con sus 35000 miembros, sigue siendo el epicentro del fenómeno. La sede internacional del movimiento Slow Food se encuentra en el corazón del Piamonte, Italia, en la ciudad de Bra.
Un movimiento descentralizado
Los miembros se dividen en unidades locales, cada una constituyendo un convivium. La palabra convivium significa «vivir juntos”, refiriéndose a las personas alrededor de la mesa que alimentan la vida del alma y del cuerpo.
Y cada convivium organiza sus propias actividades: comidas, degustaciones, visitas a granjas y comunidades de artesanos, conferencias, talleres de capacitación, etc.
La Universidad de Ciencias Gastronómicas
El movimiento Slow Food fundó la Universidad de Ciencias Gastronómicas en Bra (Italia), el 3 de enero de 2003; una institución de educación superior reconocida por el Ministerio de Educación italiano y la Unión Europea.
Este centro de formación e investigación está destinado a renovar los métodos de cultivo, la protección de la biodiversidad y a mantener un vínculo entre la gastronomía y la ciencia agrícola.
No enseña a cocinar per se, sino más bien los aspectos teóricos y prácticos de la gastronomía a través de la sociología, la antropología, la economía, la ecología, la agricultura ecológica, la política, etc.
Salón del gusto
Además, el movimiento Slow Food organiza eventos públicos para dar a conocer la buena comida.
El más famoso es el Salone Internazionale del Gusto (feria internacional del gusto) en Turín, Italia. Este evento, que se celebra cada dos años, permite a las personas descubrir y disfrutar de las especialidades culinarias de todo el mundo.
Y, desde luego, también promueve talleres en los que se expone la filosofía del Slow Food.
Si te interesa este movimiento, tienes más información en: Slow Food España.