Que tus propósitos sean solo tuyos

Hoy recordamos la importancia de que tus propósitos sean solo tuyos.

Eso es. No una idea de tu padre, ni de tu amigo del alma ni del vecino que piensa que es una buena idea que cambies.

¿En qué propósito estás pensando?

Falta poco para empezar un nuevo año. Ya sabes eso que se dice: «Año nuevo, vida nueva.«

Muchos de nosotros, con esa ilusión que dan los comienzos, nos hemos hecho alguna vez buenos propósitos pensando en el 1 de enero.

propósito solo tuyo

Lo suyo es que sean pocos propósitos y asequibles.

Desde luego, también es importante que hagamos un plan, aunque sea mínimo, para maximizar las probabilidades de lograrlos. Y algo más: Que sean genuinamente nuestros.

Si quieres sacarte el carnet de conducir, perder peso o aprender a bailar la danza de los siete velos, perfecto, pero hazlo por ti, para ti.

Deja de marcarte propósitos con el único motivo de darle gusto a otro: tu familia, a tu pareja, a tus amigos o el jefe.

Primero, porque te será más fácil lograr algo que deseas y por lo que estás intrínsecamente motivado. Luego, porque cada uno tiene su propia vida para plantearse los propósitos que crea oportunos.

Un propósito es una meta que enriquecerá nuestra vida; no es una presión por complacer a otro.

Así es que, si te proponen o sugieren que pierdas unos kilitos, que renueves tu fondo de armario, que aprendas esto o aquello o que te mudes a El Cairo, hazlo solo si deseas hacerlo por ti.

Porque, tal vez, la otra persona se desentienda de lo que te ha encargado para ocuparse de lo suyo. O puede que, si fracasas en lo que te propuso, emerja en ti el resentimiento junto con la frase: ¿Y por qué le haría yo caso?

Esa es la propuesta de hoy. Dale una vuelta en la cabeza y verás que tiene sentido:

Que tu propósito sea realmente tu propósito.

Ánimo y buena suerte, si te planteas alguno.

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