Cuando decides retomar el hábito de hacer ejercicio, después de haber estado un tiempo sin practicarlo regularmente, es porque estás al tanto de los enormes beneficios que trae consigo.
El ejercicio físico hace que vivamos más y mejor. Eso lo sabemos.
La parte más difícil es lanzarse, dar el primer paso y vamos a preparar el terreno para eso.
¿Te apuntas?
Por cierto, no está de más consultar con un especialista que nos asesore del tipo de ejercicio que es más beneficioso para nosotros, según el objetivo que tengamos. Especial y necesariamente, si tenemos algún problema de salud.
Las siguientes recomendaciones son muy buenas, pero no sustituyen el consejo de un profesional.
1. Elige tus motivos para hacer ejercicio
Con lo fácil que es buscar excusas para no hacer ejercicio, ¿eh? 😀 No tengo tiempo. Me duele el ombligo. Ay… ¿Ahora…?
Sí, ahora. Decide cuál o cuáles son TUS razones por las que has decidido retomar o iniciar el hábito del ejercicio físico.
Mejorar la salud, desestresarte, bajar unos kilitos, divertirte, etc.
2. Comienza con poquito
Meterse de lleno en una sesión extenuante y acabar al día siguiente con agujetas hasta en los párpados, definitivamente, no es un buen comienzo.
La intensidad ha de ir aumentando progresivamente.
Por ejemplo: comenzar con una caminata de tres kilómetros, luego cuatro… y así.
3. Sé realista
Ya sabemos que no vamos a estar en perfecta forma y luciendo cuerpazo después de la primera semana.
No pasa mucho tiempo antes de sentir los efectos beneficiosos en el organismo, pero no se trata de magia.
4. Hazle un hueco fijo en el horario
Adiós a la excusa de la falta de tiempo. Si está programada con anterioridad la cita con el ejercicio, hay que cumplirla como cumplimos otras. ¿No te parece?
5. Que haya variedad
Para mantener la motivación, ¿qué mejor que el ejercicio sea divertido?
Y para eso, ¿qué tal la variedad? Un día bailar, otro correr, otro aeróbic, otro con pesas, etc. Es más ameno y más completo, ¿no crees?
6. No te fuerces
Si un día no te sientes bien, no pasa nada por saltárselo. Pero que sea UNO.
7. Consigue un compañero
Si funciona y es motivador para ti, puedes ejercitarte con otra persona (por ejemplo, yendo a trotar juntos). Además, es otra forma de hacerlo más divertido.
8. Ponte metas asequibles
Eso es: objetivos que puedas cumplir, tanto en lo que se refiere la frecuencia como a la intensidad de los ejercicios.
Nada de agobiarse. El ejercicio es para todo lo contrario.
9. Recompénsate
¡Ay, qué gusto! Una auto-recompensa por haber cumplido con el reto de hacer ejercicio durante la semana.
¿Qué tal una tarde de cine? 😉
Por último, ten en cuenta que haciendo ejercicio, además de mejorar tu salud, también favoreces tu autoestima.
Sí, y no sólo porque mejoras la apariencia física, sino porque te demuestras a ti mismo que te comprometes con un propósito (hacer ejercicio) y tienes los redaños de ir adelante con él. ¡Bravo por ti!
Imagen de SCA Svenska Cellulosa Aktiebolaget
Alba dice
De verdad que muchas veces creo que tienes cámaras en mi casa o que me persiguen jejeje. Justo me voy a apuntar con mi mamá a aerobic 3 días a la semana y los sábados queremos salir a caminar.
Como me reí con lo de me duele el ombligo, jejejeje, yo también uso cualquier tipo de excusa para no hacer ejercicio pero al ir con mi mamá, que ella sí que es constante, espero que se me haga más fácil :). Tengo grandes objetivos, si los cumplo te lo contaré :).
Un besazo
TBM - Casandra dice
¡Hala, qué gracia! 😆
Sí, cuéntame, que así también me animo yo. Es que estaba pensando en retomar esa costumbre que tenía hace dos años de hacer ejercicio cada día… Me sentía genial.
A ver si se anima más gente!
Besos!!!