¿Te has tomado unos días de vacaciones y se te hace duro volver a la rutina de siempre?
Tranquilo, que no va a ser tan traumático. Con paciencia y un poquito de estrategia, emplearás tus energías en retomar la comba de tu rutina habitual.
Siguiendo esa línea, aquí tienes estas sugerencias. Son cinco. Te las dejo en vídeo y, más abajo, en texto.
Vamos a retomar el rimo tras las vacaciones
1. Date unos días para recobrar el ritmo. No te presiones para ir a pleno rendimiento desde el minuto uno de vuelta a la rutina.
Necesitas unos días para ponerte a tono, que serán más o menos, dependiendo del tiempo que hayas estado fuera, de cómo te encuentres y del conjunto de tareas que vayas a retomar.
2. Planifica cada día. Esto te permitirá cumplir con lo verdaderamente prioritario. Selecciona las tareas más importantes y elimina todas las insustanciales.
Dependiendo de la naturaleza de tu trabajo, quizás te interese reservar dos fracciones de tiempo en estos días de adaptación: Una, para ir atendiendo asuntos atrasados; otra, para las tareas nuevas que van llegando. Así evitas que el trabajo se vaya apilando.
3. Amplía el margen que te das para terminar cada tarea. Al haber estado desconectado unos días, es natural que te cueste despachar las tareas con tu celeridad habitual.
Probablemente, te llevará más tiempo terminar el informe, estudiarte un tema o responder los mensajes del correo. Tenlo en cuenta para evitarte agobios y date un poco más de margen para esas tareas importantes.

4. Impúlsate con las pequeñas victorias. Trata de empezar el día cumpliendo con una tarea que te deje una sensación de logro. Esto te motivará para trabajar en las siguientes.
5. Concéntrate en una tarea cada vez. Evita combinar tareas, especialmente en estos días en los que andas más disperso. Ve de una en una.
Si acaso, agrupa las que tengan una naturaleza similar y las despachas “por lotes”. (Primero un lote, luego el otro.)
Y, lo más básico…
Cuida bien de ti, que eres la persona que hace posible todo ese trabajo. Retoma tus horarios de sueño y el resto de tus hábitos saludables. Y no te olvides de los ratos de esparcimiento y de convivencia con las personas que más quieres.
La vuelta a la rutina quizás sea estresante, después de unos cuantos días en los que has roto con ella. Pero, conforme vayas recobrando el ritmo, te sentirás más cómodo.
Las vacaciones son un período para cambiar de aires. Sólo eso. Afortunadamente, no son el único tiempo donde puedes reír y disfrutar de lo que más te gusta. En tu vida “ordinaria” también puedes hacerlo.