Tu habilidad para organizarte y lo productivo que eres no tiene tanto que ver con que tengas un cerebro brillante. En realidad, tiene más que ver con “lo emocional”.
Un poco de autodisciplina y de confianza en ti mismo es lo que necesitas para que te cunda lo que tienes entre manos.
Hoy hablamos de la segunda: De la confianza.
Para ver cómo influye esta variable en la productividad, tan solo tienes que hacer un poco de memoria. Te ha ido mejor en los días (o rachas) en los que has trabajado con seguridad en ti mismo, ¿verdad?
Eso es porque la confianza promueve la acción. A ti y a mí nos consta por experiencia. Y hay expertos que lo corroboran.
Algunos, como el profesor Cameron Anderson de la Universidad de Berkley, afirman (después de haber estudiado el asunto) que la confianza en que puedes hacer algo es más importante incluso que tu capacidad para hacerlo bien.
Otro, siendo menos competente para el trabajo que tú, puede sacarlo adelante con más facilidad si se libra del lastre de las dudas.
Las dudas matan la productividad
Si te agobian las dudas porque te faltan conocimientos sobre un tema determinado, no tienes un problema de confianza. Tienes otro. Descartamos este caso.
Más bien, vamos a referirnos a esas cosas que sabes hacer, pero te cuesta hacerlas a buen ritmo. Quizás porque estás muy pendiente de lo que otros puedan opinar o porque le temes a un rechazo o fracaso antológicos.
Ese titubeo hace que avances más despacio de lo que podrías y que vuelvas atrás, una y otra vez, para revisar o corregir lo que llevas hecho.
De no existir esas dudas ralentizantes, tu velocidad sería otra, ¿o no?
Efectivamente, si admitieras para tus adentros que sabes hacer el trabajo y te enfocaras en terminarlo, acabarías mucho antes.
¿Solución?
Manda las dudas a la porra
No sé si pensarás que me he quedado descansando al escribir semejante recomendación. Como si fuera tan fácil mandarlas, ¿no?
Fácil, puede que no. Pero sí es cuestión de práctica. ¡La confianza es cuestión de práctica!
Ninguna persona puede enseñarte a tener confianza en ti mismo. Nadie te la puede prestar o donar. Si estuviera en mi mano, aquí te dejaría un saco lleno. Pero no se puede. La confianza nace de ti, de tu experiencia.
¿Por dónde empiezas?
Lo “gordo” está dicho: Enfocándote en hacer las cosas.
Sugerencias para llevarlo a cabo:
1) Escucha lo que te dices a ti mismo. Hay pensamientos que te ponen la zancadilla, del tipo: Estoy poco inspirado. Esto es muy difícil. Páralos en seco. Cuestiónalos cuando lleguen.
2) Sé consciente de tu capacidad. Cuando estés frente a lo que tienes que hacer, recuérdate que eres muy capaz de hacerlo. Nadie mejor que tú conoce tus cualidades y todo lo que llevas aprendido.
3) Divide y vencerás. Lo que necesites hacer, divídelo en pasos. Si puede ser, anótalos. Y, cuando lo hagas, comienza cada frase con un verbo. Así queda clara la acción que vas a realizar.
4) Dale ritmo. Venga, de un paso al siguiente.
5) No te compares con otros. Tú tienes tus puntos fuertes y los demás tienen los suyos. Mientras trabajes, concéntrate en hacer lo que estés haciendo lo mejor que puedas. Nada más.
6) Deja atrás el perfeccionismo. Que hacerlo “lo mejor que puedas” no sea una excusa para echar 60 horas a algo que puedes hacer en 10 minutos.
7) No temas a los errores o al rechazo. Míralos como parte de la vida. Los errores sirven para aprender y el rechazo solo depende de quién tengas en frente. Lo que a una persona puede parecerle una basura, para 500 puede tratarse de gloria bendita.
Poniéndonos en lo peor y suponiendo que el resultado sea catastrófico, vuelve a la práctica. Ahora sabes algo que no sabías antes. Sigue haciendo cosas, porque esa es la única manera de ganar en confianza.
Celebra el círculo virtuoso que vas a poner en marcha
- La gente con confianza en sí misma hace más cosas de las que importan. Es decir, es más productiva.
- Y, al hacer más cosas de las que importan, van sumando también en confianza.
Es un círculo virtuoso que puedes comenzar a trazar cuando quieras. Decide tú por dónde comienzas el trazo.
Comentarios
2 respuestas a «Confianza en ti mismo = Haces más cosas y las terminas antes»
Tengo yo en casa un adolescente que va a tener que leer esto!!!
Desde mi experiencia de madre, que muchas veces ha tenido que echar mano del más duro autoritarismo, te apunto una palabra mágica: “Empieza”.
Pasar a la acción sin demasiadas consideraciones (sobre el éxito, el coste, las dificultades…) te ayuda a ganar tiempo y a enfrentarte a lo que tienes por delante.
Besos.
Una palabra poderosa donde las haya. Gracias por apuntarla, Malú. 🙂
Hay veces en las que tengo que repetírmela a mí misma, sobre todo cuando estoy planeando, apuntando o tramando cosas útiles, según yo… Cosas que son simples y que uno las complica y las retrasa sin necesidad.
Creo que tu hijo te va a agradecer mucho ese buen consejo. 😉
Besotes!