Autosabotaje: Cómo superarlo

Vamos a ver cómo superar el autosabotaje para que logres tus objetivos en la vida. Casi nada.

O, al menos, para contar contigo como tu principal aliado, en lugar de ser tu mayor enemigo.

¿Qué es el autosabotaje?

Definamos el autosabotaje. (Si lo prefieres, auto-sabotaje o autoboicot.) Y vamos a ver en qué conductas típicas se manifiesta.

Definición de autosabotaje

Consideremos autosabotaje a ese conjunto de acciones que, usualmente sin darte cuenta, realizas en tu contra. Y que van a obstaculizar tu progreso y la posibilidad de lograr lo que te has propuesto. 

Disculpa que me refiera a ti, como persona que boicotea sus objetivos. Solo quiero hacer la escritura más ágil.

Todos podemos sabotearnos alguna vez. Yo, la primera. Y me viene muy bien escribir una entrada como esta, para recordar y profundizar en esos comportamientos de autosabotaje que todos queremos evitar.

persona mira un camino por recorrer

Tipos de autosabotaje que podemos identificar

Nos fijaremos en algunas conductas de autosabotaje. Después de esto será más fácil desarrollar ideas sobre cómo podemos evitarlo o superarlo.

1. Das vuelo a creencias infundadas.

Antes de dar siquiera el primer paso, pesan sobre ti ciertas ideas:

“No soy bueno en esto.” “No va a funcionar.”

Sin pruebas que lo sustenten, das a esas ideas la categoría de hechos. O puede que sí tengas pruebas, basadas en experiencias anteriores en las que fracasaste. Pero esas experiencias no tendrían por qué repetirse.

No te consta, hasta que salgas del cepo y te pongas manos a la obra.

persona quieta mientras las oportunidades pasan por delante

2. Dejas que el miedo decida.

Las creencias negativas hacen que crezca el miedo al fracaso, a la decepción.

Te fijas más en el resultado indeseable, que en lo positivo que quieres conseguir, en tus oportunidades y recursos para luchar por ello. Y te echas atrás.

O, tal vez, sea el miedo al éxito (del que se habla menos). Quizás no te apetezca afrontar ciertas consecuencias de lograr lo que quieres: te saldrás de lo conocido, acapararás más atención, más críticas, etc.

3. Te saltas la planificación.

Para cualquier objetivo que lleve tiempo es conveniente trazar un plan, siquiera mínimo. Es necesario para no perder el rumbo y para poder tomar mejores decisiones.

Muchos objetivos fracasan por falta de una mínima planificación. Es importante saber lo que quieres conseguir. Pero, acto seguido, has de pensar en cómo vas a hacerlo.

4. Te estancas en la fase de planificación.

También te estás saboteando cuando demoras el momento de actuar, quedándote indefinidamente en los planes o en los preparativos.

Y, lo que es peor, empiezas a pensar en cada detalle que puede salir mal y más dudas sientes para arrancar de una vez.

una persona atascada entre cientos de proyectos sin terminar: procrastinación

5. Procrastinas.

Posponer las cosas que sabes que te conviene hacer podría estar a la cabeza de la lista.

El hábito de: “mañana lo hago” (procrastinar) se rompe solo con acción. Si está muy enraizado, con pequeñas acciones que vayan empujando en sentido contrario.

Pequeñas acciones, como estas: 30 Ideas para vencer la procrastinación.

6. Te pasas de perfeccionista.

El perfeccionismo puede ser paralizante y se manifiesta en docenas de excusas:

  • El momento para actuar no es el ideal.
  • Al plan le faltan detalles por ultimar.
  • Tu desempeño no está a la altura.

Ahí estás, atascado en cuestiones menos importantes que seguir avanzando, a no ser que aceptes que un trabajo hecho al 80 % de calidad (por poner número) es más valioso que el trabajo que no llega a acabarse.

Recuerda: Hecho es mejor que perfecto.

hombre atascado en un pequeño detalle: perfeccionismo

7. Abandonas a medias.

Inviertes tiempo, energía y otros recursos en un objetivo (o un hobby, por ejemplo). Y lo abandonas, porque te apetece más dedicarte a otra cosa.

Esta decisión puede ser la correcta, pero hay que tomarla con calma. Los objetivos o proyectos que no concluyes, además de haberse llevado recursos, se llevan una cuota de autoestima.

Continuar con lo que empiezas, hasta estar bien seguro de que el proyecto u objetivo ha perdido sentido para ti, suele ser una buena idea.

Una palabra para las adicciones

persona pide ayuda por teléfono

A veces incurrimos en comportamientos que se nos van de las manos, como las adicciones a sustancias y otros malos hábitos, con los que nos evadimos de la realidad.

Y, sí, son una manera muy evidente de sabotear nuestras metas, incluso nuestra salud.

Existen herramientas en internet elaboradas por profesionales para explorar si tienes algún tipo de adicción, como esta.

Así es que, si sospechas que alguna adicción te está separando de la vida que quieres, aclara la situación y busca ayuda, si la necesitas.

¿Por qué autosaboteamos nuestras metas?

persona enfrentada al cambio, entre dos vías

Observemos qué se esconde detrás de las conductas descritas más arriba. Así las vamos a entender mejor.

¿Cuáles son las causas del autosabotaje?

Las causas por las que saboteas tus propios proyectos suelen tener sus raíces en el miedo y la inseguridad.

La falta de autoestima o de confianza: Dudas de tus capacidades y terminas postergando o evitando tomar decisiones.

El miedo al cambio: Tienes miedo a lo desconocido o temes salir de la llamada «zona de confort», aunque esa comodidad esté robándote oportunidades de crecimiento.

Las creencias limitantes: Quizás te dijeron que no eras lo bastante bueno para hacer X y tú lo asimilaste. O te convenciste tú solo de que no eres capaz de hacer tal cosa. Y tal convencimiento lleva a que no te atrevas a intentarlo.

El papel de la baja autoestima en el autosabotaje

un hombre se mira al espejo con expresión crítica: baja autoestima

Si una baja autoestima se puede notar en el poco esmero que pones en tu autocuidado, cómo no va a impactar en que te decidas a tener una vida más plena.

El escaso aprecio por ti mismo estará presente en la lectura que hagas de cada situación y en las decisiones que tomes al respecto.

Ese escaso aprecio se asienta en creencias que vienen del pasado.

Tal vez viene de la crítica constante en la infancia, del rechazo social o de otras experiencias traumáticas, que han contribuido a que construyas esa imagen distorsionada de ti mismo.

O quizás, la baja autoestima sea producto de experiencias anteriores de fracaso, que influyen en cómo te ves a ti mismo y en que no quieras correr riesgos o intentar cosas nuevas.

Así, pospones decisiones importantes y prefieres quedarte como estás, antes de enfrentar algún tipo de cambio. Porque piensas que un objetivo, al que los demás optan, está fuera de tu alcance.

Y, como estas creencias entán tan interiorizadas, ya no te las planteas. Así es como saboteas tus oportunidades y te niegas la posibilidad de crecer.

Miedo al fracaso y miedo al éxito

miedo al fracaso

Miedo al fracaso:

Este miedo se deja ver cuando procrastinas y evitas correr riesgos.

Muchas veces proviene de haber intentado algo que no salió bien. O de haber intentado muchas cosas que se entrellaron.

Como sea, refuerzas la creencia de que el esfuerzo no vale la pena.

  • ¿Para qué cambiar de trabajo para estar mejor? No me va a salir bien.
  • ¿Para qué voy a empezar a hacer ejercicio? No soy constante.
  • ¿Por qué voy a realizar una actividad nueva? Si todo me sale mal

El miedo al fracaso también puede estar ligado al temor a no cumplir las expectativas de los demás o a ser rechazado.

una persona paralizada por el cambio que presiente: miedo al éxito

Miedo al éxito:

Este miedo es muy engañoso. Porque, en teoría, todos queremos triunfar, queremos alcanzar nuestros objetivos y ser felices.

Pero es tan real como el miedo a fracasar.

No es que te niegues a lograr tus objetivos. Es que el miedo al cambio que eso supone tiene un peso mayor.

Por ejemplo, se deja notar en esas situaciones en las que llevas un tiempo trabajando en un objetivo y, cuando estás a punto de conseguirlo, te echas atrás. O algo «misterioso» ocurre que te impide continuar, supuestamente.

Y es que el éxito trae cambios. A raíz de él:

  • Vas a sobresalir más, lo que también te hará diana de más críticas y envidias.
  • Vas a tener que adoptar nuevas responsabilidades. Y quizás se te haga una carga de trabajo con la que no vas a poder.
  • Vas a tener que trabajar para mantener dicho éxito. Y dudas si vas a estar a la altura.

¡Ojo! Puedes tener razón. Puede que el éxito en un proyecto u objetivo te deje en una situación peor que en la que estabas.

Solo es un auto-sabotaje cuando te niegas la posibilidad de hacer alguna cosa que puede ser muy conveniente para ti, con una excusa que viene del miedo y no de una reflexión profunda, sopesando pros y contras.

El impacto de los pensamientos negativos en el autosabotaje

persona con la pantalla en blanco, sin empezar su proyecto

Lo que piensas de ti mismo afecta a cómo te comportas. Por ejemplo, si con frecuencia te repites «soy un desastre», actuarás como tal. 

Lo peor es cuando esas creencias no tienen base en la realidad, sino en conclusiones que has ido recopilando con el tiempo sin pensarlas demasiado. Y ahora van a influir en situaciones que implican trabajar por un cambio positivo.

El arreglo no estaría por el lado de repetirte frases vacías como «soy maravilloso», si no te lo crees, sino de evitar martillearte continuamente con mensajes destructivos que refuercen la inseguridad.

Algunas frases comunes de autosabotaje incluyen:

  • Eso no va conmigo.
  • Esto no va a salir bien.
  • No soy capaz.
  • Seguro que, al final, se estropea.
  • Es demasiado tarde para mí.

Otras veces, el autosabotaje adopta la forma de justificaciones engañosas, como:

  • En realidad, no me interesaba.
  • ¡Bah! Eso es una pérdida de tiempo.

Cuestionar estos pensamientos puede ayudarte a cambiar tu mentalidad y, por tanto, a que dejes de auto-sabotearte. Si bien, nos vamos a deterner más en este aspecto en la próxima sección.

¿Cómo podemos evitar el autosabotaje?

Ironías de la vida. Mientras trabajaba en esta entrada, cerré la pestaña por accidente y, al recuperarla, faltaba el trabajo de las últimas dos horas.

Si yo estoy siempre dándole a «Guardar», ¿por qué no lo hice esta vez?

Como sea, aprovecho para dejar una pequeña nota sobre el «autosabotaje accidental» que acabo de protagonizar. Son errores que simplemente pasan de tanto en tanto y no pueden evitarse por completo.

Esta forma de autosabotaje, por fastidiosa que sea, se distingue de esos autosabotajes que ocurren debido a pensamientos insidiosos, que a veces se sitúan fuera de nuestro radar.

Esto es lo que sigue:

  • Primero, identificar los pensamientos que están detrás del autoboicot.
  • Transformarlos, para que dejen de obstaculizarnos.
  • Y crear un plan de acción para avanzar.

Pues, ¡venga!

paso a paso, una persona asciende por la escalera

Identificar patrones de autosabotaje

Lo hemos sugerido anteriormente. El primer paso es que identifiques esas situaciones en las que estás pensando o actuando en tu contra.

Observa en qué momentos te frenas. Ejemplos: 

  • ¿Te has sentido inseguro al invitar a alguien a salir por miedo al rechazo?
  • ¿Has querido probar un nuevo hobby pero pensaste que no serías lo suficientemente bueno?
  • En el ámbito laboral, podría ser no postularse a un ascenso por creer que no estás preparado, o evitar aprender algo nuevo por miedo a fracasar.
  • Incluso en situaciones cotidianas, como bailar en público o hablar en una reunión, el autosabotaje puede aparecer sin que te des cuenta.

Transformar el diálogo interno para evitar el autosabotaje

persona decidida a superar el autosabotaje mira hacia el horizonte

¿Cómo se hace esto? Siendo un poco amable contigo mismo, del mismo modo que lo eres con los demás.

Como propuesta: adopta el hábito de reconocer tus pequeños logros. Porque eso va a ayudar a que tomes conciencia de que tú eres capaz de lograr cosas y de avanzar.

Y los pequeños logros son importantes. Porque suman y porque te ayudan a generar seguridad y te impulsan a seguir adelante con más confianza.

No desmerezcas un pequeño paso en la dirección adecuada. Ten en tu repertorio frases como «hoy he conseguido esto, mañana intentaré un poco más».

Y, cuando algo no te salga bien, en lugar de decir «no puedo hacerlo», prueba con «no puedo hacerlo por ahora, pero puedo aprender».

Eso son ejemplos. No necesitas más, porque ya sabes cómo se le habla a un amigo. Lo que procede es que te trates a ti con la misma consideración.

Estrategias para detener el autosabotaje

La anterior cuenta como estrategia. Pero vamos a ver algunas más.

1. Cuestiona tus pensamientos negativos.

Presta atención a las situaciones en las que te frenas a ti mismo y a los pensamientos que están detrás. Pregúntate:

  • ¿Realmente no puedo o solo me estoy diciendo que no puedo?
  • ¿Son los demás los que me limitan o soy yo mismo?
  • ¿Me estoy poniendo excusas para evitar el miedo al cambio?

Hacerte preguntas como estas puede ayudarte a identificar creencias limitantes, si las hay. Y, una vez que las identificas, las puedes transformar en algo beneficioso para ti.

pensamientos positivos reflejados en un post-it: vas bien

2. Divide tus objetivos.

Si ves beneficioso trabajar por un objetivo, estúdialo más de cerca y, a poco que lo veas factible, elabora un plan de acción.

No tienes que conseguirlo todo el primer día. Empieza dando pequeños pasos y concéntrate en el siguiente paso que vas a dar.

Una estructura como la del método SMART podría servirte.

3. Acepta que el progreso es mejor que la perfección.

El perfeccionismo es una trampa. Lo sé, porque yo también tengo que tratar de esquivarla continuamente.

Y una buena manera de hacerlo es intentar disfrutar del camino, en lugar de poner toda la atención en un destino ideal.

Busca la manera de divertirte, de experimentar, de jugar un poco más. Así te aligeras la carga y es más fácil liberarte de la rigidez y la presión.

Celebra tus logros y no te tomes tan a la tremenda los patinazos.

Puede ser difícil hacerlo, sí. Pero es más difícil avanzar con un nivel de autoexigencia extrema. Difícil e insalubre.

grupo de personas que se apoyan entre sí

4. Rodéate de gente que te apoye y te motive.

Las personas que te rodean te influyen a diario. (Y tú influyes en ellas, también.)

Tu manera de ver la realidad, tus costumbres, las metas que decides que son buenas para ti… Todo eso lleva en sí la influencia del entorno.

Por eso es importante que te rodees de personas que te ayuden a cambiar en la dirección que tú quieres, personas que te ayuden a crecer. Y a las que tú también puedas aportar tu visión.

Si estás rodeado de personas que están esperando ver cómo te equivocas o cómo fracasas, tal vez para sentirse mejor consigo mismas, no estás en la mejor de las compañías.

Puede ser difícil construir esta red de apoyos, pero todo está en empezar. Si necesitas rodearte de buenas compañías, ahí fuera hay quien está buscando lo mismo que tú.

Crear un plan de acción para superar el autosabotaje

palabra "plan"

Ahora vamos a la acción.

1. Escribe tus metas y dales una fecha límite.

Sí, ¿para qué esperar más?

Busca un instrumento que te ayude a organizarte y a hacer seguimiento de tus avances.

Puede ser un diario, una agenda, una aplicación de productividad o cualquier otro método que funcione para ti.

Anotar lo que haces, los logros que vas cosechando, los problemas que vas resolviendo… Todo eso te permitirá identificar patrones de autosabotaje que persistan y encontrar la manera de superarlos.

persona se alegra del pequeño logro que anota en su diario

2. Revisa tus avances regularmente.

Gracias al seguimiento que vas haciendo, será fácil comprobar que estás en movimiento y que has progresado respecto a un tiempo atrás.

Ver tu progreso anotado es un buen recordatorio, que te ayudará a reforzar la motivación y la confianza en ti mismo.

Y no te olvides de ir celebrando esos progresos a medida que se vayan produciendo. Alégrate internamente, aunque sea. 

3. Haz cosas aunque tengas miedo.

Todos tenemos miedo, en especial cuando vemos que una misión nos sobrepasa.

Pero da más miedo quedarse pensando en lo que pueda pasar que ponerse manos a la obra. La acción reduce la incertidumbre.

Recuerda cuántas veces te has sentido temeroso por algo y luego has podido afrontarlo.

Recuerda todos los temores que has superado a lo largo de tu vida, todos los cambios que has protagonizado, todos los pequeños retos de los que has salido victorioso. Seguro que ha habido unos cuantos.

Ten presentes esas experiencias para darte fuerza a la hora de enfrentar los desafíos actuales.

persona celebra la conquista de una pequeña meta

Conclusiones

Los pensamientos y conductas que están detrás del autosabotaje pueden ser insidiosos. En ocasiones no son evidentes y hay que fijarse en ellos, para poder identificarlos y entenderlos.

Una vez que entendemos qué es eso que nos está impidiendo progresar, el panorama mejora, porque tenemos la mitad del problema resuelto.

Lo que sigue es cultivar nuevos hábitos, nuevas formas de pensar y de actuar que sí se alineen con nuestros intereses.

Pero no hay que hacerlo de golpe. Podemos lograr nuestras metas dando pequeños pasos, uno tras otro. 

Pasos imperfectos. Pero igualmente vamos a celebrarlos, porque han puesto fin al estancamiento. Al fin nos estamos moviendo.

Estudió y trabajó en Educación Especial. Desde 2010 escribe sobre desarrollo personal en esta página.

Relacionado:


Categoría: