En esta entrada práctica nos ocuparemos de cómo decir que NO de una manera educada y efectiva.
Este es un aprendizaje indispensable para proteger tus prioridades, sean las que sean.
La palabra “NO” es positiva
El aprendizaje empieza asumiendo que la palabra NO es positiva, tal y como la vamos a enfocar.
Cada NO que pronuncias ante lo que no quieres o no estás en condiciones de atender, es un SÍ a lo que más te importa.
Visto del lado de quien hace la petición, el NO es un rechazo. Por eso cuesta decirlo a veces.
No quieres herir al otro. O no quieres quedar como un egoísta, un desconsiderado o docenas de calificativos negativos más. Al decir que SÍ evitas momentáneamente la tensión y el mal sabor de boca.
Pero te comprometes. Y habrás de pagar con tu tiempo, con tu dinero o con otros recursos, que de algún lado tendrás que sacar.
Alguna vez que otra, bueno va. Claro que, si tienes por costumbre decir que SÍ a cualquier cosa que te pidan, ve despidiéndote de tus prioridades y de tu buena salud.
Para ahondar en lo positivo del NO, aquí tienes esta entrada:
Ahora, vamos a lo práctico. Comencemos por lo más sencillo.
Cómo decir que NO a extraños y pseudoconocidos
Entran en esta categoría los vendedores o esa gente que conoces poco o nada y llega pidiendo tu atención, tu tiempo, tu dinero u otros recursos.
Partiendo de que no te interese su propuesta, tu respuesta ha de ser breve y clara:
- No me interesa.
- No, lo siento.
- ¡Uy! No, gracias.
El “lo siento” y el “gracias” no son necesarios para decir que NO. Pero muestran un poco de cortesía.
Si ves que es aplicable al caso, podrías emplear el “no puedo”. Aunque no es tan efectivo y contundente, como vimos aquí:
Y, si lo que quieres es una gran efectividad, prescinde de dar explicaciones.
- ¿Le interesa pagar menos en su actual cuota de X? No me interesa.
- ¿Quiere conocer la fecha del juicio final? No, gracias.
- ¿Quiere dejar de ser un idiota común y tener éxito en la vida? No, estoy bien así. Gracias.
- ¿Le interesa ser atractiva y que los admiradores hagan cola en la puerta de su casa? Pues no.
Los muy pillines se las saben todas y te empujan para que digas que SÍ o para que dejes la puerta abierta con algún tipo de explicación para rebatirte.
Deja, deja. Si te pica la curiosidad con lo que te dicen, investiga, contrasta opiniones y decide con calma.
Vías de escape ante plomizos insistentes
Si te cae un vendedor pesadísimo o algún conocido que te pone más difícil la negativa, puedes probar estas opciones:
1) Afiánzate en el NO. Repite que no te interesa. Gira en torno al NO sin dar explicaciones.
2) Pide tiempo para pensar. (Si no te da ese tiempo y te está vendiendo algo, desconfía.) Utiliza ese tiempo para estudiar su propuesta (si lo consideras) o para mejorar tu negativa.
3) Utiliza una excusa. Hay situaciones es preferible una excusa a la total transparencia. ¿Las razones? Al principio de esta entrada tienes unas muy buenas:
Total, siempre puedes decir: Disculpa, pero tengo otros planes. (Y será cierto.)
Cómo decir que NO a figuras de autoridad
Decirle que NO al jefe, a un profesor o a alguien que tenga autoridad sobre ti es otro cantar.
Aquí sí necesitas pensar en una explicación muy convincente. Y no es recomendable comenzar tu respuesta con la palabra NO y similares.
Un ejemplo de negativa torpona sería:
- Imposible, jefe. Me acabo de enamorar y no puedo concentrarme en eso que usted me pide.
Has de sostener tu negativa en una razón de peso, como:
- que en ese momento estés muy comprometido con otros encargos suyos y no te quede tiempo para el nuevo,
- que te pida que dejes lo que estés haciendo para ocuparte de lo nuevo y eso pueda ser desastroso
- o que te encargue algo que va mucho más allá de tus habilidades actuales y de tu experiencia.
Tu jefe te agradecerá que no digas que SÍ a la ligera y después le entregues una birria de trabajo, si es que se lo entregas.
Así que acuerda una reunión con él/ella cuanto antes para exponerle el asunto con calma.
Comienza diciendo que te encantaría cumplir con lo que te pide. Y después le cuentas porqué no estás en condiciones de hacerlo.
Justifica bien la razón para negarte
Explícale qué estás haciendo ahora para no tener tiempo para lo nuevo que te pide. O razónale porqué no puedes dejar a medias el proyecto que te dice que aparques.
Si el problema es que espera de ti algo que excede tus habilidades actuales, pregúntale si es necesario que aprendas a manejar ese tipo de asuntos, por si quiere contar contigo en similares ocasiones a futuro.
Y ofrece una alternativa
Proponle ocuparte de ello más adelante. Sugiérele a otra persona para que lleve el asunto u otra manera de abordarlo.
Como sea, procura que se te note que tienes verdadero interés en lo que te ha pedido y que te sientes mal por no poder apoyarle en esta ocasión.
Vamos con la última.
Cómo decir que NO a familiares y amigos
Supongamos que la mayoría de los que están en este grupo te quieren de verdad. Y que tú también quieres a la mayoría.
Por tanto, decir que NO te sabe muy mal. Pero no te va a quedar de otra que aprender a hacerlo aquí también.
Qué tal que tienes un amigo que te pide que le lleves al aeropuerto, que le hagas esta compra, aquel recado… Un amigo que no es consciente de tu trabajo en casa o de otras responsabilidades tuyas.
Pongamos que no es un gorrón, sino un amigo que se toma la libertad de seguir pidiéndote cosas, porque tú siempre le dices que SÍ. No sabe cuáles son tus prioridades ni tus límites, porque tú no se los has mostrado.
Es tu responsabilidad poner límites. Y la palabra NO sirve para eso.
Así que, suponiendo que tengas otras prioridades, ante la petición de un amigo (o familiar), puedes hacer esto:
1. Mostrar empatía
Hazle saber que entiendes lo importante que es para él/ella lo que sea que te esté pidiendo.
- Sí, desde aquí alquilar un taxi para ir al aeropuerto es demasiado caro. Es mejor si encuentras quien te lleve.
O lo que sea que proceda para el caso, si procede.
2. Ser honesto
Podrías emplear una excusa (o no). A tu criterio queda. Pero, con la gente que te quiere, no suelen ser necesarias.
- Amigo, me viene muy mal ir al aeropuerto ese día. No sé si llegaría a tiempo para mi cita de la tarde.
3. Lidiar con la insistencia
Si tu amigo insiste, erre que erre:
- Andaaaa… No te van a decir nada si llegas un poco tarde. Pero a mí el avión se me va sin esperarme.
Aquí tienes la opción que hemos visto arriba: pedir tiempo.
- Deja que te llame en unos minutos, a ver qué resuelvo.
Y aprovechas ese tiempo para reconsiderar su petición, o bien, para preparar un NO más clarito.
4. Ofrecer alternativas
Tu amigo ha pensado en ti para la misión, porque eres una opción cómoda. De ello da fe tu historial de Síes consecutivos.
¿Qué tal que le ayudes a pensar en alternativas?
- Amigo, definitivamente me viene fatal lo del aeropuerto. ¿Por qué no se lo pides a otra persona?
Si no acepta un no por respuesta, el amigo podría presionarte un poco más. Tal vez te diga que no tiene a otra persona. O insista en que no pasa nada si te pierdes la cita. A saber.
El caso es que, si tú no quieres aceptar su petición por la razón que sea, tienes derecho a negarte.
5. Dar pocas explicaciones
Las negativas, cuanto más simples, mejor. No tienes porqué explayarte en explicaciones. La mayoría de la gente comprende el significado de:
- No voy a poder, amigo. Ese día tengo una cita.
Y no necesitas añadir nada más. Deducirán que es importante para ti. Lo mismo que para el amigo lo es ir al aeropuerto.
En caso de que el amigo te pregunte por los detalles y tú quieras darlos, dáselos. Pero, si no te apetece, no se los des. Nada te obliga.
6. Mantener el NO
Cuando te decantes por el NO, que quede claro. No es un “quizás” ni un “a ver si puedo”. NO es NO.
Si te siguen presionando con lo mismo, mantente firme. ¿Es cabezonería? Llámalo como quieras. También lo puedes llamar “consistencia”.
Espero que lo anterior te sea de utilidad. Más que por las ideas (que son muy sencillas, como ves), por la motivación que te aporten para seguir defendiendo tus límites y tus prioridades.
Yo también sigo practicando.
Gracias por leer.