¿Tienes problemas para madrugar? ¿Lo consigues durante un tiempo y luego te cuesta retomar el hábito?
Eso mismo me ha pasado a mí. En mi caso, debido a mis ocupaciones sedentarias y a una mala organización por mi parte, a temporadas me encuentro con los horarios hechos un desastre.
Hace unas semanas conseguí arreglarlos de nuevo. Ahora me levanto temprano. El día me cunde el doble y vivo más relajada.
Lo bueno que tienen estos desajustes ocasionales es que aprendemos mucho con ellos.
Los errores son excelentes maestros.
Y ya que yo he tomado buena nota para no recaer en ellos, los dejo por aquí, por si coinciden con los tuyos o puedes evitarlos.
1) Dormir/despertar sin horas fijas
A mí me ocurre progresivamente. Como no estoy físicamente cansada, voy acostándome cada vez más tarde y levantándome un poco después.
Así, día tras día, hasta que termino trabajando hasta altas horas de la madrugada y me voy a dormir cuando empieza a clarear. Esto es malísimo para la salud.
2) Estrés desde el primer minuto
Antes de tomar conciencia de que te has despertado más tarde de lo que querías (terrible sensación), ocurre el primer evento desagradable de la mañana: Suena la horrible alarma del despertador.
Ese artefacto antipático interrumpe los sueños bruscamente y, con su sonido estruendoso, pone a latir tu corazón a mil por hora. Pocas formas peores hay de despertar. Es un detalle que cuenta.
3) ¿Cinco minutos más?
Éste es el peor error de todos: Suena el despertador y, con fastidio, pulsas el botoncito para poder dormir cinco minutos más… o diez.
Es terrible. Como ya dijimos, esos cinco minutos o los que sean sólo sirven para hacer más difícil y desagradable la hora de salir de la cama.
4) Desayuno a la carrera
Qué bajonazo de energía da cuando te levantas tarde y, para “ahorrar” tiempo te tomas un café a la carrera y poco más.
5) Pocos alicientes
Despertarse, arreglarse, desayunar a la carrera y ponerse a trabajar de inmediato, sin hacer algo que despierte también el ánimo. Así, un día y el siguiente… Otro error.
Lo que yo estoy haciendo es irme a la calle para hacer un poquito de deporte antes de empezar a trabajar. ¡Qué maravilla!
En definitiva, la clave del éxito está en procurar que levantarse temprano sea agradable. Quizás al principio cueste más, pero evitando esos errores que añaden estrés, estamos en el buen camino para tomarle el gusto a las mañanas.
Yo lo he conseguido, como te dije. Ojalá que, si tú estás en el empeño, lo logres también. 😉
Comentarios
6 respuestas a «5 Errores cuando quieres madrugar»
buenos tips! gracias!
Gracias a ti por pasarte por aquí, Lia. 🙂
Sencillas y buenas soluciones! Me gustan particularmente la 3 y la 5! Y funcionan!
¿A ti también? Me alegro, Marta. Gracias por comentar.
esto es tremendamente complicadooooo
😆 Eso creía yo también. Llegué a tener los horarios completamente invertidos y no lograba darles la vuelta. Hasta que un día diseñé un plan que funcionó y, después de mucho practicar… ¡lo conseguííí…!