No puede ser. Has puesto lo mejor de ti y los resultados de tanto esfuerzo han quedado lejos, muy lejos de lo ideal.
Qué cansancio. Qué rabia. ¡Agg…! Qué frustración más grande…
Después del desahogo, viene la pregunta difícil: ¿Qué haces para superar este traspiés?
Ahí van unas ideas para cuando tu esfuerzo se queda corto.
Detén la autoflagelación
Ya te has echado la bronca y es hora de parar. Total, eres humano.
Cometes errores; tienes tus limitaciones y fracasas, como todo el mundo. Seguir martirizándote a ti mismo no va a enmendar la situación.
Descansa del tema
A veces, esto es lo mejor: tomar distancia de la situación, para recargar energías y reflexionar con calma.
Puede ser muy útil para ver qué falló, en qué punto estás, qué opciones tienes en este momento, etc.
No creas que es tan fácil, porque a veces el miedo no te deja descansar. Te hace creer que, si te tomas unos días para despejarte, cuando vuelvas a la carga vas a estar perdido. Eso, si es que vuelves.
Ignora esa vocecita. Dar un paso atrás no es rendirse.
Como dicen por ahí, quizás sea bueno para tomar impulso.
Además, ¿conoces a alguien que haya conseguido sus objetivos (difíciles, muy complicados, «imposibles») sin dar nunca un paso atrás?
Reinspírate y vuelve a intentarlo
Si el objetivo vale la pena, ¿por qué no?
Recuérdate porqué luchas por él y recuerda también que no es la primera vez que pones tu corazón en una meta difícil. Otras veces lo hiciste y te saliste con la tuya.
Esta decepción ha dejado tu confianza renqueante. Equilibra el asunto recordando esas veces en las que fuiste fuerte. Y, a continuación, mira qué puedes hacer para seguir adelante.
¿Cambiar la estrategia? ¿Bajar un poco el listón? ¿Practicar más? ¿Pedir ayuda? … Decide cuál es el siguiente paso.
La aventura continúa.
Tanto si decides volverlo a intentar, como si optas por dar un giro y probar otro camino, vas a salir adelante.
Y, cuando vuelvas a dar un traspiés, recordarás que éste lo superaste. Así es para todas las personas que se esfuerzan en construir lo que quieren.
Comentarios
2 respuestas a «Cuando tu mejor esfuerzo se queda corto»
Cabía esa posibilidad.
A lo mejor no la barajamos, pero estaba ahí.
Cuando nos hablan del 99% de éxito nunca nos situamos en el 1% restante, pero lo cierto es que existe.
Duele pero hay que asumir que caben todas las posibilidades, incluso las peores.
Eso es crecer.
Que te sea llevadero este calor; ya sabes, mucha agüita.
Besos
Sí que pasa esto. Y a uno se le queda una cara… 😆
¡Ay, el calor! A mí me encanta. Pero, como se ha dejado venir tan de golpe, me siento aletargada. Espero que a ti te guste el veranillo, que ya lo tenemos en puerta. 😀
Besotes, Malú!