Muchos de nosotros tenemos miedos e inseguridades personales con los que batallar de tanto en tanto.
¿Cómo dejar los miedos e inseguridades que insisten en hacerse presentes?
Nos gustaría que existiera, quizás, una especie de píldora mágica o algún otro remedio que los hiciera desaparecer cuando nos estorban.
No funciona así. Nuestros miedos se cronifican o crecen cuando no les damos la cara. ¿Y no es natural que sea así?
Cuando tenemos algún problema físico es distinto. A menudo tenemos que seguir tratamientos, tomar medicamentos y pasar por momentos nada placenteros.
No nos gusta, pero lo hacemos con el convencimiento de que es bueno para la salud.
¿Por qué no obramos igual con nuestros miedos?
Gestos diarios para superar los miedos e inseguridades

La propuesta de hoy puede parecer chocante o masoquista, pero no lo es:
Haz cada día algo que te asuste
No. Esto no se refiere a grandes hazañas, sino a pequeños gestos incómodos.
Por ejemplo:
- Decirle que no a alguien.
- Saludar a esa persona «especial»;
- Salir a correr por el barrio, aunque te miren las vecinas.
- Iniciar una conversación con un desconocido.
- Hablarle a una persona conocida con quien siempre coincides en un sitio.
- Expresar una opinión diferente en un grupo.
- Pedir ayuda en una tienda o restaurante.
- Devolver un producto defectuoso.
- Hacer una pregunta en una reunión o clase.
- Enfrentar una crítica o un comentario negativo.
- Asistir a una reunión donde no conoces a nadie.
- Llamar por teléfono para hacer una reserva o consulta.
- Hablar en público dando un pequeño discurso.
Situaciones cotidianas:
- Conducir en una autopista con mucho tráfico.
- Cocinar una receta nueva y complicada.
- Hablar en un nuevo idioma.
- Enfrentar un problema técnico con un dispositivo electrónico.
- Pedirle a un vecino que baje el volumen de la música.
- Cantar en público, aunque sea en un karaoke.
Miedos relacionados con la autoexpresión:
- Publicar un escrito o una obra de arte en línea.
- Vestir algo que te gusta pero que es «diferente».
- Bailar en un lugar público.
- Expresar tus emociones abiertamente.
- Tomarte un tiempo para ti mismo/a sin sentir culpa.
- Aprender algo nuevo que te saca de tu zona de confort.
- Probar un hobby nuevo.
- Hacer algo que te apasiona, incluso si te sientes inseguro/a.

Madre mía. Podríamos hacer una enciclopedia de temores cotidianos.
Enfrentar cualquiera de estas cositas que te incomoda a ti puede que no sea nada divertido, sino todo lo contrario: un mal rato. Pero es una forma de ir ganando control y tomando confianza para gestas mayores.
No creas que compensa más huir de lo que te asusta. Al principio estás cómodo, pero a la larga el miedo se hará más grande.
Sí, más grande. Yo también he tenido la ocasión de comprobarlo.
Intentemos dejar atrás cuantos miedos podamos. Si es posible, asumamos hoy ese pequeño reto que nos haga irnos a la cama un poco más valientes.
¿Te parece?
¿Qué? ¿Has pensado cuál va a ser tu reto de hoy? Yo estoy considerando lo de enfundarme un chándal llamativo y hacer jogging pasando de las vecinas. 😉
Basado en: Do Something That Scares You.