Es maravilloso volcarse con metas que nos motivan y aspirar al éxito en ellas.
Pero también nos conviene estar preparados para los obstáculos que vamos a encontrar en el camino, para que la decepción no haga que abandonemos la lucha precipitadamente.
¿Cómo nos preparamos para esos episodios de desánimo? Con una estrategia flexible.
Hemos de estar dispuestos a moderar nuestras expectativas y a hacer ajustes en el plan, si es menester.
¿No funciona? Haz ajustes
Lo anterior es más fácil decirlo que llevarlo a la práctica. Porque, cuando estás esforzándote por conseguir algo muy importante, quieres que los resultados reflejen ese esfuerzo.
Si, día a día, inviertes lo mejor de ti en ello, qué menos que ver que está sirviendo de algo.
Sin embargo, tú sabes (y yo también) que, cuando el objetivo es ambicioso, el camino no es uno de rosas, precisamente. Hay baches, curvas, cuestas arriba y desvíos con los que uno tiene que contar.
Por eso es importante mentalizarse para esos momentos en los que continuar es complicado y prepararse para afrontarlos. Cosa que es más difícil si estás aferrado a un plan muy rígido.
Es necesario tener un plan. Pero lo mismo de necesario es que sea flexible, para que te permita llegar a donde quieres, a pesar de los baches y desvíos que te encuentres en el camino.
Fíjate en tus experiencias anteriores.
Tal vez, te hayas lanzado a por un objetivo con expectativas de tener grandes resultados.
Y, una vez en el camino, te has dado cuenta de que necesitabas bajar el listón o recurrir a medidas que no estaban en tu plan inicial, en caso de querer continuar.
Bien hecho. Así funciona esto, independientemente del objetivo que te propongas.
Cuando eres demasiado rígido y te aferras a hacer las cosas de cierta manera, te cuesta más continuar. Eso, si no abandonas. Y, además, no le das su oportunidad a ideas que pueden dar buen fruto a largo plazo.
El tema es adaptarte a lo que venga y hacer ajustes en el plan según las circunstancias que se vayan presentando. Porque es una pena que te decepciones precipitadamente y dejes de luchar, cuando aún tienes posibilidades de lograr lo que quieres.
Sé flexible y sigue adelante.