Es viernes. Quienes pueden disfrutar del fin de semana tienen un destello de felicidad en sus ojos. Están de buen humor, pero puede que algo dispersos conforme se va acercando la hora del salir del trabajo.
Ha sido una semana muy dura y el descanso está cerca. Qué ganas de que llegue ese momento, aunque todavía falta un buen rato…
La tarde del viernes se hace larga
¿Alguna vez has pensado en lo lentamente que parecen transcurrir los minutos en la tarde del viernes? ¡Oh, sí! Es porque ya estamos con la mente puesta en la rampa de lanzamiento…
Pues, ¿sabes para qué pueden servir muy bien las últimas horas del viernes? Para hacer que la mañana del lunes sea más fácil de llevar.
- Podrías dejarte hecho un plan, más o menos detallado, para el lunes o para la semana, en general.
- Hacer una evaluación o repaso de lo que has hecho durante la semana.
- Preparar alguna tarea para completarla a primera hora del lunes. Esto te dará un impulso bárbaro para empezar la semana.
- Poner orden en los papeles que se han ido acumulando.
- Hacer una revisión de qué falta o qué no funciona o, porqué no, una copia de seguridad de tus archivos.
Obviamente las sugerencias no se adaptan a todo tipo de ocupaciones. Pero la idea principal es que, si estás muy desconcentrado, puedas sacarle provecho a ese tiempo con tareas más amenas, pero necesarias.
Eso, suponiendo que no tengas un jefe encima, fustigándote como a un jamelgo.
Y tienes otra ventaja haciendo este tipo de tareas: Durante el sábado y el domingo puedes despreocuparte más todavía, porque te has dejado listo el «menú» para el lunes.
¡Hala! ¡Feliz fin de semana! 🙂
Imagen de nataliej