¿Cómo te llevas con las tareas domésticas? ¿Se te atragantan y sueles dejar que se acumulen las tareas de la casa?
Pongámosle remedio para no dejarlas para mañana. A ver si te sirven estas ideas para casos desesperados.
¿Por qué razones suelen postergarse y acumularse las tareas domésticas?
Veamos unas cuantas, muy frecuentes.
➜ Por falta de tiempo: A todas tus otras tareas, se les suman estas del cuidado de la casa y de las personas que la habitan.
Y pueden ser muchísimas tareas. Una cantidad abrumadora. Tanto, que creas que en media hora avanzarás muy poco y prefieras ponerte mañana temprano, con todo el día por delante para dedicárselo. (Qué faena.)
➜ Porque las tareas domésticas son aburridas. La mayoría son repetitivas; no brindan emoción.
➜ Porque son ingratas, como pocas. En cuanto las termines, volverán a deshacerse de nuevo.
➜ Porque no te motivan el orden y la limpieza. Encontrarías antes lo que buscas, si todo está ordenado. Y estarías muy relajado en un hogar limpio y reluciente.
Pero, la verdad, no saltas de alegría pensando en esa recompensa. No es suficiente para movilizarte.
➜ Porque no sabes por dónde empezar. Lo has ido dejando y el panorama que ves ante ti es una oda al desorden. Prefieres cerrar los ojos, hasta que se te ocurra la manera de meterle mano al caos.
Tips para empezar y avanzar en el trabajo doméstico
¡Venga! ¡De una vez!
1. Divide y vencerás
Piensa en pequeño. No en arreglar la cocina de punta a punta, sino en fregar los platos, por ejemplo.
Si tienes solo 20 minutos disponibles y toda una habitación que adecentar, adáptate a tu límite de tiempo. Elige pequeñas tareas y haz las que quepan en ese límite.
En caso de que dispongas de más tiempo, igual. Divide. Porque, al ver que completas una tarea tras otra, te sentirás más motivado.
2. Usa una alarma
Elige una tarea que puedas terminar en 30 minutos (o en los que tú decidas). Ponte una alarma para que suene cuando se agote el tiempo.
Verás que es más probable que acabes la tarea en ese tiempo, que si no hubieras usado alarma. Compruébalo.
La razón es que te concentras para acabar la tarea; le das celeridad y te distraes menos.
4. Recompénsate
Piensa en uno de tus placeres preferidos: ver una serie de televisión, por ejemplo.
Decide qué tareas (pequeñas) vas a hacer. Fíjate un límite de tiempo. Y prométete que disfrutarás de ese buen rato en cuanto termines el trabajo. Verás que te sabe mejor.
5. Amenízate la faena con música
Ponte una música rítmica y animosa para que te cunda. Es el estilo indicado para este tipo de tareas, aunque tú prefieras las baladas. (Escúchalas cuando acabes.)
También es aconsejable que no tengas la tele puesta, si están dando un programa que pueda actuar como un imán que te atraiga irremediablemente. (Grábalo y luego lo ves a gusto.)
Ya ves, son truquitos para desatascarte y ponerte manos a la obra. Quizás necesites estos (u otros), hasta encontrar tu manera de organizarte y de crear una rutina que te sirva.
Y, una vez creada esa rutina, será más raro que te plantees si dejas las tareas de la casa para mañana o no. Simplemente, llegará la hora y te pondrás con ellas. 😉