Pensamientos que cansan

Pensar demasiado cansa y no sólo por la empanada mental con la que puedes terminar después de un rato.

La preocupación y la anticipación de malestares le da un toque de atención al cansancio, que te visita encantado justo antes de que entres en faena.

Cuando escribo esto me acuerdo de Martirio y su canción: “Estoy mala“.

martirio: estoy mala

Por si te apetece escucharla, aquí está el enlace.

Si te fijas en la letra, no hay indicios de que esa mujer permanentemente cansada pasara hambre, ni de que estuviese falta de sueño (precisamente, se quejaba de lo contrario: de noche dormía, porque no tenía fuerzas ni para darle trabajo a los muelles del somier con su marido).

Además, esa canción está asociada en mi mente con una sevillana en la que la mujer se iba a pasear, enfundaba en su chándal y los tacones (arreglá pero informal).

Entonces, si no le faltaba sueño, ni alimento, ni ejercicio… ¿por qué se cansaba tanto?

Sí, demos por hecho que trabajo le sobraba a la pobre. Pero el trabajo por sí sólo no te deja tan baldado como para que no te puedas recuperar comiendo, durmiendo y tomando descansitos periódicos.

Ahí tienes a los enamorados, por ejemplo, que duermen poco, a veces ni comen… y no resienten el cansancio.

O también a aquéllos que comienzan un negocio u ocupación, muy motivados, trabajando sus buenas horas y sin que les cueste trabajo madrugar al día siguiente.

¿Dónde está la diferencia, entonces?

En los pensamientos.

Si te levantas pensando que el día te deparará momentos interesantes, el cansancio te atrapará más tarde. Seguro. Una buena motivación es el mejor ginseng de todos.

En cambio, si le temes a salir de la cama por el frío, el dolor y la trabajera pesada, el cansancio se te colará en la mente y en las pantuflas sin que puedas impedirlo.

Evita también pensar que deberías estar haciendo “no sé qué” cuando estás de lleno en una actividad. ¿Eso? Eso sí que cansa… Y mentalmente es poco higiénico.

Terminarás el día con la mente fatigada, como si hubieses estado picando piedra, cuando lo podrías haber evitado, simplemente, pensando un poco menos.

Si no “te salen” pensamientos motivadores, intenta que tampoco te salgan ésos que son como losas pesadas.

Aquí, mi recomendación. ¿Nos dejas la tuya?


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Comentarios
2 respuestas a «Pensamientos que cansan»
  1. Supongo que los pensamiento positivos y las ganas de hacer algo son como las pilas duracell, que hacen que dures y dures…
    Yo, ahora no, pero cuando pasé mi peor época, lo que hacía era premiarme si un día no había tenido malos pensamientos, y con el tiempo tu mente se acostumbra a relativizar las cosas :).

    Un besazo

    1. TBM – Casandra

      Claro que sí. Es cuestión de acostumbrarse a manejar esos pensamientos en nuestro provecho. Mucho más fácil decirlo que hacerlo, especialmente en esos días en los que uno parece levantarse con el pie izquierdo, pero es bueno probar. Hay hábitos difíciles de cambiar, aunque vale la pena el intento. 🙂

      Gracias, Alba!
      Besotes!!