La fatiga mental está producida por el esfuerzo mental prolongado en actividades que demandan mucha atención, así como por conflictos emocionales, desequilibrios hormonales o la edad de la persona.
Cualquiera puede padecerla, independientemente de a qué se dedique en su vida profesional.
Anteriormente, analizamos en el blog algunas situaciones y problemas susceptibles de generar fatiga, que también habrían de tenerse en cuenta.
Algunos de estos problemas pasan desapercibidos siendo el cansancio su signo más visible.
Centrándonos solo en la fatiga mental, es más frecuente que esta aparezca hacia el final de la jornada.
El cansancio hace que disminuya la capacidad de atención y la concentración. Y, con ello, que se cometan más errores.
El cansancio también afecta al estado de ánimo. Cualquier problema parece mayor cuando estamos cansados, ya sea física o mentalmente. Por lo tanto, es más indicado tomar decisiones cuando se esté más despejado.
Para hacer menos frecuente la fatiga mental se recomienda incorporar hábitos saludables en nuestra vida cotidiana, como los siguientes.
Hábitos saludables para paliar o prevenir la fatiga mental
- Períodos de descanso razonables, tanto a lo que se refiere al horario de sueño, como en los descansos que se insertan a lo largo de la jornada.
- Distribución de tareas eficiente, realizando las más demandantes en las horas en las que estamos más frescos.
- Actividad física, que aumente el nivel de oxígeno en sangre.
- Dieta equilibrada, que proporcione la energía necesaria para afrontar las tareas cotidianas.
A estos hábitos habría que añadir uno más que nos ahorrará bastantes momentos de extenuación: Tomarse la vida con más calma.
Adquirir la costumbre de simplificar presiones y recortar tensiones de allá donde se pueda hará que lleguemos al final del día sin que esté la cabeza a punto de reventar porque no le quepa ni un problema más.
Traza tus horizontes
Por último, mencionar el papel destacado que tiene la motivación en este problema.
Una persona desmotivada se cansará antes que otra que cuenta con el impulso de la motivación.
Vivir sin ilusiones, objetivos ni proyectos, sino solamente para ir resolviendo los problemas que espontáneamente salen al paso, desgasta y cansa a cualquiera.
Después de todo, quizás este episodio de cansancio y desgaste sea una oportunidad para que la persona que lo padece tome buenas decisiones para vivir mejor.