El título refleja una visión compartida por muchas personas.
Seguro que, en algún lugar del mundo, alguien le estará diciendo ahora mismo a otra persona: «No le des más vueltas.«
Por mucho que nos lo digan, a veces no podemos evitar seguir «comiéndonos el tarro«.
¡Uy! Esta expresión está desfasada. Ahora, por estas tierras ibéricas, al hecho de pensar repetitiva y obcecadamente en algo, se le denomina «rayarse«.
«No te rayes» sería el mensaje.
El caso es que aún no estoy segura de si viene a recomendar a la persona que no desmenuce sus pensamientos al máximo (que sería «rallarse«, con LL) o que la persona se abstenga de hacerse daño voluntariamente con un pensamiento punzante (entonces sería con Y).
No importa. En cualquier caso, se hace referencia a un exceso.
Pensar demasiado en según qué cosas no es nada saludable. Estudios recientes lo corroboran, pero es algo que ya se intuía de mucho antes.
Según los científicos, hay un área del cerebro que es distinta (o que se vuelve distinta) en las personas que les dan demasiadas vueltas a las cosas.
Por un lado, hay una variación morfológica y, por otro, se observa que hay más células cerebrales trabajando ahí. Es decir, «rayándose» o «dándole vueltas» a algo. 😡
Se trata de la corteza prefrontal anterior, que es parte del lóbulo frontal.
(En la imagen de arriba se corresponde con el color morado. ¿Será casualidad?)
Este descubrimiento es útil para entender algunas enfermedades mentales a las que se asocia este tipo de actividad cerebral. Es el caso, por ejemplo de la depresión, que afecta a millones de personas.
(En junio de 2010, se estimó que a un 15% de la población en España. ¡Qué barbaridad! Y las cifras van en aumento.)
Por lo visto, cuando el cerebro se acostumbra a «rayarse«, es parecido a cuando el cuerpo coge bastantes kilos de más.
Restablecer el equilibrio no es cosa de un día. No, no lo es. Pero le echaremos la paciencia necesaria para ir poniendo en forma nuestra mente poquito a poco.
¿Qué te parece si evitamos «rayarnos» el día de hoy?