Quemado en el trabajo por resentimiento

¿Crees que el resentimiento puede ser la razón más importante por la que llegues a estar quemado en el trabajo?

Las largas jornadas de trabajo exigen sacrificios, demasiadas renuncias. Hay menos tiempo para dedicar a familia y amigos; menos tiempo para hacer las cosas que te gustan; menos tiempo para descansar; menos tiempo para… ¡vivir!

Te sientes cada día más frustrado y desgastado. Se acumula la rabia, el resentimiento… y un buen día estás hecho cenizas.

quemadísimo

Ésta es la idea de Marissa Mayer (ingeniera, trabajadora de Google), que Colin Nederkoorn recoge en su blog.

Además, él señala la forma de prevenir ese resentimiento adoptando las medidas que nos suenan a todos: comer bien, dormir lo necesario, hacer ejercicio periódico y desconectar de tanto en tanto. (Ya sabes, eso que repetimos tanto por aquí. 😉 )

Pero, volviendo a la pregunta, ¿crees que es cierto? ¿El resentimiento es lo que hace que te quemes?

Podría ser, en algunos casos. Pero, entre la cadena de reacciones que se ha producido con esta teoría, hay opiniones para todos los gustos.

Quienes no la apoyan afirman, entre otras razones, que la cantidad de horas de trabajo no tiene por qué tener relación con que una persona termine o no quemada.

Quizás se queme trabajando menos horas en un trabajo que detesta, en uno que está destinado al fracaso o en el que no se observan resultados alentadores.

Para mí, esto sólo demuestra que cada uno llega a estar exhausto, rendido o quemado por unos motivos u otros. ¿El resentimiento? Oh, sí… Podría ser uno de esos motivos.

Está bien plantear la cuestión. Porque, si este es el caso de alguien que nos lea, al menos, le sirve para ponerle nombre (y remedio) a esa incómoda sensación que siente cuando piensa que su vida está hipotecada por el trabajo.

Espero que no sea tu caso.

Imagen de kugel

Relacionado:


Categoría: