7 Ideas para reanimar tu autoestima hoy

Si hoy es uno de esos días en los que tu autoestima está renqueante, a ver qué te parece reanimarla con alguno de los siguientes gestos.

Vamos con ellos.

Gestos para reanimar tu autoestima

1. Acéptate, tal cual estás hoy.

La persona que viste esta mañana frente al espejo tiene cualidades positivas y negativas, como cualquier otra. Y, como cualquier otra persona, es digna de respeto.

Que te halles luchando por cambiar o mejorar los aspectos que menos te gustan, es compatible con respetar, aceptar y apoyar a la persona responsable de sacarte adelante: tú.

frente al espejo

2. Sé sincero contigo, como lo haría un buen amigo.

Dite tus verdades y escúchate. Escucha lo que quieres, lo que necesitas. Y escucha también la parte más incómoda: tus equivocaciones, carencias o miedos.

Fingir que estás de maravilla sin estarlo, de poco sirve. Atacarte exagerando tus defectos o errores, tampoco sirve de mucho, porque te despegas de la realidad. Y a ti te interesa estar próximo a la realidad para tomar mejores decisiones.

3. Reconoce tus avances, aciertos y buenas acciones.

Ahí está el costal de lo negativo o de lo mucho que quieres hacer y aún no has hecho. Como también están los progresos y todo lo agradable en lo que tú has tenido que ver.

Recuérdate también lo bueno para celebrarlo y motivarte a seguir actuando en esa línea.

4. Aligera tu espíritu con humor.

Si no es hoy, será mañana. Tendrás tus minutos tontos, realizarás acciones poco edificantes o te verás de cara con una situación engorrosa, como todo hijo de vecino.

Lo que no sea tan trascendente y puedas tomártelo con sentido del humor, tómatelo. Inténtalo.

5. Suma acciones amables contigo.

Las relaciones se cuidan para que crezcan sanas y fuertes. Al igual que haces con las personas que más te importan, dedícate algún gesto de ésos que dicen: Eres valioso para mí.

¿Qué va a ser hoy? Tal vez, una actividad divertida o una relajante. Piensa en ese momento y regálatelo.

6. Hazte preguntas positivas.

Del estilo de: ¿qué me aporta esto?; ¿qué puedo aprender de aquello?; ¿cómo resuelvo lo de más allá?

Así le quitas sitio a preguntas poco fructíferas, del tipo: ¿por qué me pasan a mí estas cosas?; ¿por qué lo hago todo mal?; ¿por qué fui tan imbécil?… O similares.

7. Pon tu granito de arena en lo que más te importa a día de hoy: en tus relaciones, en tus proyectos personales o profesionales, en esas cosas que construyes a diario.

Pon de tu parte, aunque sea un poquito. Lo que puedas. Y a la persona que encuentres mañana frente al espejo, dale las gracias.


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