Las pequeñas decisiones cotidianas y su importancia

Cuando miras el camino que has recorrido hasta el día de hoy, recuerdas más las decisiones grandes, esas que cambiaron tu vida.

Sin embargo, también las pequeñas decisiones que tomaste día tras día te han traído hasta aquí. No por ser pequeñas han sido menos importantes.

Volviendo al ahora, ¿qué camino te parece que estás construyendo con las pequeñas decisiones de hoy?

Lo pequeño se hace grande

Muchas decisiones pequeñitas que tomas a diario van acumulando sus efectos, hasta convertirse en algo grande.

Como comentábamos en “La pequeña distancia entre el fracaso y el éxito”, la decisión de comerte una rebanada de pastel a diario o elegir una manzana, quizás no haga hoy la diferencia, pero en unos cuantos meses, se notará.

pequeñas decisiones cotidianas

Por un día no pasa nada. Se ven las consecuencias cuando sigues tomando la misma decisión, una y otra vez. Dejan de ser pequeñas decisiones aisladas. Van sumando y se convierten en algo más grande.

Si hoy haces ejercicio una hora, te sentirás mejor. Pero no queda ahí la cosa. Cuando pasen unos meses, si sigues tomando esa misma decisión regularmente, vas a notar una evidente ganancia en salud.

Leer hoy durante quince minutos es poquito. Sin embargo, sigue haciéndolo y verás cómo te acabas unos cuantos libros de aquí a fin de año.

O, como a mí me pasó -caso real-: Dejas de beber refresco un día o de tomar postre azucarado… y no se nota. Pero, cuando llevas seis meses eligiendo otras opciones más saludables, el pantalón no engaña. Está más holgadito.

Volviendo al asunto. ¿Has pensado en cómo impactan en tu futuro las pequeñas decisiones que repites a diario? ¿Te imaginas cómo van a sumarse?

La cosa no queda ahí.

Lo grande se maneja en pequeño

Hay grandes decisiones que te cambian la vida y pueden ser muy difíciles de tomar:

  • ¿A qué me dedico?
  • ¿Dónde voy a vivir?
  • ¿Me caso con esta persona?
  • ¿Acepto este trabajo?

Son decisiones que cambian el rumbo de tu vida. La gracia está en que la mayoría de esas decisiones derivan en pequeñas decisiones cotidianas, que te ayudan a mantener el rumbo que has elegido.

Decides estudiar una carrera, por ejemplo. Esa gran decisión, por sí sola, no implica que te vayas a graduar en lo que escogiste.

A partir de tu gran decisión, vienen otras más pequeñas: las que realizas a diario.

manzana

Estas, las decisiones pequeñitas, son más fáciles de tomar. No obstante, también son más fáciles de esquivar:

¿Estudio ahora? No, qué pesado. Mañana me pongo al día.

Obviamente, no tienes que acertar cada día con las pequeñas decisiones que tomas. ¿Quién lo hace?

Pero sí puedes procurar que la suma de aciertos sea mayor. No tardarás en darte cuenta del poder que tiene la acumulación de los pequeños aciertos cotidianos.

Las grandes decisiones hay que tomarlas con cautela, sabiendo hacia dónde quieres llegar con ellas. Son para pensarlas con calma.

Porque después viene lo bueno: cientos de oportunidades, desplegadas día tras día, para tomar pequeñas decisiones que te acerquen, paso a paso, a lo que tenías en mente cuando tomaste la gran decisión.


Cuando pequeñas decisiones afectan a tus grandes decisiones

Hemos dicho que muchas pequeñas cosas van sumando hasta convertirse en algo grande. Y eso grande que has construido, a su vez, puede afectar a otras grandes decisiones.

Ejemplo típico: Ahorras una pequeña cantidad de dinero a diario. Lo pequeño va sumando. Transcurrido un tiempo, tienes un capital interesante. Capital con el que vas a poder decidir qué coche comprarte.

Ejemplo más abstracto: Aprovechas las pequeñas oportunidades diarias para construir confianza en ti mismo (inicias conversaciones, saludas con una sonrisa, estrechas la mano con convicción, aprendes algo nuevo…).

Esos pequeños gestos van sumando. Tu confianza crece, se fortalece. Y, gracias a eso, quizás te atrevas con un reto que no hubieras considerado tiempo atrás. ¿Abrir tu propio negocio, tal vez?

Espero que estos dos pequeños sirvan para tu reflexión y para motivarte con la importancia que tienen esas decisiones pequeñitas.

Y ahora, ¿qué? Alza la vista hacia el horizonte que quieres y… ¡sigue sumando!


La misión con las pequeñas decisiones cotidianas: sumar más aciertos que errores

Las pequeñas decisiones que tomas a diario van dándole forma a tu futuro.

Tal vez sea abrumador y poco realista estar pendiente de todas esas decisiones y elegir siempre la mejor opción. Pero sí es realizable sumar más aciertos que errores, cuando eres consciente de lo que estás haciendo.

Habrá momentos en los que estarás de cara frente a una de esas decisiones triviales del día y, tal vez, broten ante ti dos alternativas: la fácil y la menos fácil.

  • Las ocupaciones de hoy: ¿Las atiendo conforme lleguen o decido lo que voy a hacer y a qué horas?
  • Un problema que lleva tiempo dando la lata: ¿Lo dejo para mañana o le hago cara?
  • Un error propio: ¿Echo balones fuera o admito mi fallo?
  • Me piden ayuda: ¿Me ocupo de la acción (que es lo más rápido) o le enseño a esa persona para que pueda resolverlo sola la próxima vez?
  • Compro unos pantalones: ¿Los que lleva todo el mundo (porque están de moda) o los que a mí me gustan y me sientan bien?

Sugerencia: Ante la duda, elige lo que más te cuesta.

contrario

Menos mal que contamos con los hábitos. Ya sabes, esa serie de acciones que realizamos “en automático” sin tener que decidir sobre ellas: cuándo comer, cuándo lavarnos los dientes, etc.

Los hábitos te liberan de estar decidiendo continuamente. Pero, aun así, las pequeñas decisiones cotidianas siguen siendo abundantes.


¿Dónde te lleva lo que eliges?

¿Ser plenamente consciente de cada minúscula decisión? Bufff… Complicado. ¿Acertar siempre? Más difícil todavía.

Pero el simple hecho de tener presente que puedes elegir y que, a veces, la opción fácil no es la más conveniente para ti ni la que va en línea con tus valores, hace que los aciertos crezcan.

Hoy tendrás variadas decisiones que tomar y con algunas, la duda: ¿hago esto o lo otro?

Piénsalo. Si lo fácil es lo oportuno y apropiado, adelante. Pero, si no lo es, espero que tengas el coraje de elegir lo que más te cuesta.


En resumen

  • Las pequeñas decisiones cotidianas van dando forma a tu futuro. Suman y se convierten en algo grande.
  • Las grandes decisiones que tomas también se desgranan en pequeñas decisiones que mantienen el rumbo que has elegido.
  • La misión con tus pequeñas decisiones de hoy no es acertar en todas, sino sumar más aciertos que errores.
  • Para sumar más aciertos en tus pequeñas decisiones, elige hacer lo que más conviene a tus intereses, en lugar de lo que más fácil te resulte.

Espero que te sirva. Gracias por leer.

Publicado en 2014. Reeditado y republicado: 5 de junio de 2018.

Relacionado:


Categoría: