Una libreta, un bolígrafo y unos cuantos minutos. Eso es todo lo que necesitas para escribir un diario.
¿Alguna vez has usado este instrumento para registrar tu avance?
Es habitual utilizarlo para narrar las peripecias cotidianas y para dar salida a los pensamientos y sentimientos del momento. Cosa que es muy útil y saludable.
Un diario te sirve para conocerte mejor a ti mismo, para aclarar ideas, amén de otros beneficios que tiene.
Hay muchas formas de usarlo, según lo que quieras conseguir con él. Es un instrumento muy flexible. Puedes escribir en tu diario todos los días o unos cuantos por semana. Puedes hablar de cualquier cosa o centrarte en un aspecto concreto.
Para los más apurados de tiempo, hay diarios muy simples y cortitos.
Por ejemplo, un “diario de gratitud”, en el que te limitas a anotar una o dos cosas buenas que has apreciado en este día; o un “diario de descubrimientos”, donde apuntas qué pequeña cosa has aprendido cada día.
Yo llevo uno simple y corto desde hace años. El mío podría llamarse “registro de productividad”. Anoto en él las tareas más importantes que he hecho ese día. Y, cuando me parece, añado información adicional.
Quienes entrenan en alguna actividad física o quienes comienzan a cambiar sus hábitos alimenticios (u otros), llevan otro tipo de diario en el que recopilan la información que les interesa.
Si no te ves escribiendo parrafadas largas en un diario, puedes considerar llevar un diario corto, donde reflejes tus pequeños avances en ese objetivo (el que sea) en el que estás trabajando. Son unos minutos muy bien invertidos. ¿Por qué?
Ventajas de registrar en un diario tu progreso
1. Te ayuda a tomar decisiones.
Tras un tiempo de estar registrando información, identificas pautas, ciclos, errores, momentos fáciles o momentos complicados.
Todos esos datos te sirven para decidir en consecuencia y hacer ajustes, cuando es necesario.
Por ejemplo, yo ya sé qué horas, días y meses me cunde más el trabajo. Sé qué cosas hago los días en los que soy más productiva. Y esa información me sirve para distribuir mejor las tareas, entre otras cosas.
2. Alimenta tu confianza.
Cuando surgen las dudas, el diario te recuerda los obstáculos que has ido superando hasta ese momento. Enfrente de ti está el registro de lo que has hecho. Eso te impulsa a continuar y te mantiene enfocado en tu objetivo.
3. Te motiva.
El diario te ayuda a renovar tu compromiso cada día. Ayer lo “rellenaste” y hoy también quieres apuntar el pequeño paso que has dado.
4. Te sirve de desahogo.
Si tú lo quieres, ahí puedes expresar tus aspiraciones; el logro del día, que es importante para ti (aunque al entorno le resbale); las frustraciones grandes o pequeñas que vas encontrando en el camino, etc.
Eso es lo mejor de este instrumento: lo puedes ajustar a ti y a la finalidad que tengas en mente.
Las reglas las pones tú. Incluso si sólo le dedicas un par de minutos (como yo), constatarás esas ventajas. Eso, si es que no lo has hecho ya.