Cómo resurgir del fracaso

Esta entrada habla de resurgir del fracaso, de uno grande. Veremos el proceso a grandes rasgos y en qué se traduce a diario.

Sí, a diario. Remontar un fracaso suele llevar tiempo. El necesario para que se aplaque el dolor, para rentabilizar lo aprendido y para dar pasos consistentes hacia el horizonte que tú te traces.

Del fracaso se sale

No importa el tipo de fracaso del que hablemos. De ahí, se sale. Incluso si hablamos de un gran fracaso, no es una experiencia definitiva. No es el final, como tampoco lo es el éxito.

El fracaso es un episodio que atraviesan aquellas personas que se atreven a hacer cosas, que se atreven a crecer.

fracasos y errores

A estas alturas, has superado fracasos, lo mismo que yo.

Tal vez este demande más tiempo, más paciencia o una mejor estrategia. Pero, ¿de que se puede superar? Si no se te ha agotado la vida, que no te quepa duda.

travesía

La vida continúa. La remontada es una travesía.

El fracaso solo es una situación permanente cuando bajas los brazos. Y tú solo eres un fracasado dependiendo de la actitud que adoptes.

Eres un fracasado cuando tú decides que no hay más que hacer. Cuando te niegas a ver la vida como esa travesía, con sus altos y sus bajos.

Pero, ¿sabes una cosa? Incluso si das por hecho que el fracaso es permanente, habrá cambios.

No hay ninguna situación que permanezca inmutable a perpetuidad. Lo que vives hoy cambiará, en un sentido o en otro.

Lo que hoy piensas, lo que hoy sientes, así como lo que pensamos, sentimos y vivimos los demás, cambiará.

Tanto si decides sacarte a ti mismo de donde estás, como si bajas los brazos, habrá cambios. A ti te corresponde tomar las riendas para que esos cambios conduzcan a una etapa más fructífera.

¿Quieres hacerlo?

Asume la responsabilidad de sacarte de ahí

Hay fracasos que, en su mayor parte, son achacables a las malas decisiones que tomamos.

Te equivocaste. Yo me equivoqué. Nos corresponde asumir nuestras grandes o masivas equivocaciones. Y aprender de ellas.

Cuando está claro que hemos fracasado a causa de nuestros errores, asumir la responsabilidad es más sencillo, dentro de lo duro que es.

Distinto es cuando fracasas “gracias” a la ayuda del entorno o a la falta de ella. “Gracias” al boicot de otros. “Gracias” a las malas acciones en tu contra.

ayudan a fracasar

Así como hay éxitos que solo alcanzas cuando otros están de tu parte, hay fracasos que se precipitan cuando otros no están de tu parte.

Aunque te equivocaras en tus decisiones, la sensación de impotencia y de soledad es mayor cuando te ayudan a fracasar.

Pero, para el caso, no importa. Tanto si has fracasado por haberte equivocado a lo grande, como si has fracasado empujado por otros, tu salida es la misma: asume la responsabilidad de remontar. Toda ella.

Asumir la responsabilidad es tomar el poder. No puedes decidir por otros ni cambiar lo que hacen o lo que han hecho. Pero sí puedes enfocarte en ti. Puedes elegir lo que vas a hacer de hoy en adelante.

Haz un plan utilizando lo aprendido

De un fracaso siempre se aprende. Haz un ejercicio de autocrítica positiva y toma nota de tus errores.

De entrada, sabe mal equivocarse y asumirlo. Pero cada fallo que descubras va a servirte para hacer las cosas mejor a partir de ahora.

Tómate tu tiempo. Elabora un nuevo plan. Decide dónde quieres dirigirte. Qué vas a hacer. Y ten en cuenta todo eso que has aprendido.

¿Vas a plantearte un nuevo objetivo? ¿Vas a realizar un nuevo intento con este que no salió?

Ponte una meta diaria

Una meta diaria y bien definida. Sea cual sea tu objetivo, se desgrana en acciones simples que pueden ejecutarse a diario.

Esas acciones repetidas, un día tras otro, son las que obrarán que salgas del fracaso y te acerques donde sí quieres estar.

Aprende a diario. Practica a diario. El fracaso se rinde ante la acción consistente.

héroe

Ya, ya sé que no es fácil. Cuando las cosas marchan relativamente bien, hay días en los que cuesta trabajo actuar. Cuesta mucho más cuando estás desanimado, dolido, triste y la confianza en ti mismo está tocada.

Sé lo que se siente. Créeme.

Pero esa es la manera más rápida y segura de superar un fracaso: realizar acciones pequeñas y consistentes todos los días.

Insistir. Persistir. Probar de una manera. Probar de otra. Cien veces, cien mil… o las que sean necesarias.

Date una misión cada día. Una pequeñita. No mires los resultados. Simplemente, ejecuta. Y haz lo mismo mañana.

Ya verás que sí se nota el cambio cuando lleves un trecho recorrido.

Acércate a las personas apropiadas

Dedica poco tiempo y atención a las personas que te ayudan a fracasar o a quedarte instalado en el fracaso.

Dales prioridad a las personas que te inspiran. O que te apoyan. O que creen en ti. O que te recuerden que hagas esa cosita diaria que mueva milimétricamente la bola en la dirección que tú quieres.

Aunque seas tú el responsable de sacarte de ahí, tal vez puedas contar con la ayuda o la influencia de otros. Si puedes tener este apoyo, genial.

Y, entre las personas que están de tu parte, anótate tú.

Sé tu principal aliado

Cada vez que te mires al espejo o que hables contigo, ten en cuenta que estás con la persona que ha asumido la responsabilidad de construir un futuro mejor.

Esta persona (tú) se equivocó. Hizo algunas o bastantes cosas mal. Pero ha tenido el coraje de admitirlas. Y está luchando a diario por dejar atrás el fracaso.

Esta persona, por lo que ha hecho y por lo que está haciendo, merece tu respeto. Merece que creas en ella. Y, en los días bajos, duros… o en los de retrocesos, merece que estés de su lado.

Si no lo estás tú, ¿qué cabe esperar del resto?

Conclusiones. ¿Quieres resurgir del fracaso?

  • Asume la responsabilidad de sacarte de ahí, independientemente de que seas responsable de parte del desastre o del desastre completo.
  • Elabora un plan donde utilices lo que has aprendido de esta experiencia.
  • Ponte una pequeña meta diaria y cumple con ella.
  • Acércate a personas que favorezcan tu progreso hacia donde deseas estar.
  • Sé tu principal aliado. Eso, siempre.

 

Espero que te sirva.


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